Llega un momento en la vida en el que comprendes que NO vale la pena estar sufriendo por la buena o mala opinión de los demás, cuando haces esto te conviertes en prisionero de tu propia vida y terminas haciendo lo que hace feliz a otros y no lo que te hace feliz a TI. Obviamente, el problema surge cuando le prestamos demasiada atención a las opiniones de los demás, cuando nos preocupamos excesivamente por lo que piensan de nosotros, hasta tal punto que tomamos decisiones importantes motivados solo por el deseo de agradar o encajar.
Piensa en ti, en lo que realmente te gusta y te interesa. Debes de poder hacer tu vida de forma independiente, debes de hacer lo que tengas ganas sin que te afecte lo que piensan los demás.
Veamos entonces la parte positiva de las personas, dejemos de criticar y que sea la personalidad de cada quien lo que nos impacte y lo que nos importe, porque Se Trata de Actitud.