No cabía en ninguna lógica que el Sevilla no ganase, pero no tenemos a un Sevilla lógico actualmente. A la deriva, y sin nadie que le de en el hombro y le diga: ¡Despierta!

A la espera de un cambio importante, el Sevilla sigue completamente nockeado. A 90 minutos de caer eliminado contra un Slavia que ni mucho menos ha hecho un genial partido.

Esto necesita el Sevilla contra el Slavia: noventa minutos impecables. El sevillismo está con la escopeta cargada y no perdonarán más, a partir de ahora los partidos europeos -que es lo que nos queda- serán finales.

El Sevilla ha tocado fondo, ya no puede hacerlo peor: perder contra el último de la liga sin merecer otra cosa. El equipo de Machín, nuestro equipo, está k.o. y necesita un cambio.

Una mansión con sillas de playa.

Vamos a salir de la zona europea, asunto serio. De vergonsoso para arriba. Da pena entrar a ver la alineación y que los que arrastran las botas sigan jugando. Si vamos à seguir perdiendo, que sea al menos con dignidad.

El Sevilla se diluye como una pastilla en un vaso, listo para que, al cabo del un rato, el FC Barcelona, que ha sido paciente, se la beba sin oposición alguna. El Barcelona nos dio un repaso de personalidad, y pagamos la novatada.

Se ha caído el equipo en liga. Definitivamente, la alegría este año llegará, si llega, por Europa. Se hace difícil pensar lo contrario.

El Sevilla tiene que ganar no por cuestión obligada sino necesaria. Nuestros rivales nos han dado demasiadas oportunidades para no perder la cuarta plaza y no creo que lo hagan por mucho más tiempo, es momento de volver a la senda del triunfo.

El Sevilla pasa a la siguiente ronda de la mejor manera posible a estas alturas: sin desfondarse mucho. Esperando al siguiente rival, con motivos para soñar, y la mente puesta en el domingo.

Esperado y obligatorio, nuestro equipo pasa con solvencia a los Octavos de Final de la Uefa Europa League.