Bienvenidas a nuestro akelarre!!
Cuando cocinamos nuestros calderos, analizamos datos de violencia sexual, tanto de nuestro territorio como de todo el estado, las cifras no son nada alentadoras y esto nos llevó a la reflexión de que tocaba remangarse y ponerse a trabajar en ello. Por eso hemos organizado estas primeras jornadas y hemos elegido a estas maravillosas ponentes para poder entender qué está pasando y poder tomar medidas de prevención con conocimiento de causa.
Parte de nuestro trabajo ha sido recabar testimonios y comprobar que pasa durante la fiesta nocturna, hemos visto con nuestros propios ojos las consecuencias de sufrir un intento de agresión sexual mediante sumisión química en contexto de ocio nocturno, tocamientos, acosos y demás violencias que ejercen sobre nosotras.
Lo más sangrante ha sido comprobar la apatía de quienes deberían protegernos en las salas de fiesta, que casi siempre nos dejan desprotegidas, tiene como consecuencia sentirnos apartadas de los espacios de ocio por miedo a sufrir una agresión.
Nuestras fiestas populares tienen desde hace años protocolos de actuación ante agresiones sexuales en las zonas de distensión. ¿Por qué en el ocio privado no tenemos esta misma seguridad? ¿Por qué las mujeres sólo somos objeto de consumo en el contexto de ocio nocturno? ¿Por qué cuesta tanto que se nos proteja?
Ya os damos nosotras la respuesta: Vivir en el sistema patriarcal y capitalista nos convierte a las mujeres en objeto de consumo y como todas hemos podido observar, nos utilizan como reclamo hipersexualizado para llenar sus salas. A pesar de la lucha feminista, de las reclamaciones que hacemos para poder sentirnos seguras, vemos que siguen mirando a otro lado y además nos cargan de culpa a nosotras. Por eso estamos aquí para interpelar directamente a los empresarios y trabajadores y trabajadoras de estos negocios privados. Estamos aquí para exigirles protección, nosotras tenemos el mismo derecho de poder disfrutar del ocio nocturno como nos dé la gana sin que nadie coarte nuestra libertad en estos espacios.
Hacemos especial llamada de atención también a los hombres, nosotras no somos objetos, no somos un trozo de carne a vuestra disposición y os exigimos que dejéis de violentarnos durante nuestros momentos de ocio.