Cuando en 1963 Elmer Bernstein compuso 'La gran evasión' ya tenía un currículum admirable. Había ayudado a introducir el jazz en la música de cine con 'El hombre del brazo de oro'; había sabido darle ritmo al western con 'Los siete magníficos'; potenciar el cine de gran espectáculo con 'Los diez mandamientos' y mostrar su enorme sensibilidad musical con la bellísima 'Matar a un ruiseñor'.
Y también, debido a las fechas, música para temblar, 'Pesadilla en Elm Street', iniciadora de la saga. Fue en 1984 cuando apareció por primera vez Freedy Krueger en las pesadillas de los adolescentes. La película de Wes Craven revitalizó el 'slasher', es decir, el género del cine de terror con psicópata que empezaba a dar ya síntomas de agotamiento.