Vivimos, tal vez, uno de los momentos más alarmantes de la historia humana. La invasión rusa a
Ucrania acerca la posibilidad de un conflicto nuclear debido, más que nada, a las irresponsables
bravatas de Vladimir Putin ante el fracaso de su “operación militar” que iba a durar menos de
una semana. Los desastres políticos hacen historia, como es el caso del Reino Unido, donde la
primera ministra, Liz Truss, dimite, por su abrumadora ineptitud, tras sólo seis semanas en el
cargo, lo que la convierte en la primera ministra de menor duración en la historia del
Parlamento, precipitando a su país a una crisis económica y de confianza sin paralelo. Hay
hambrunas en Sudan, sangrientas protestas en Irán, la lista es casi interminable.