
Sign up to save your podcasts
Or
Conectar con uno mismo no siempre requiere de largos retiros o prácticas complicadas. Hay herramientas simples que podemos aplicar en nuestro día a día para cultivar la introspección, la reflexión y el equilibrio interior. Este mes estamos en el curso de Yoga con un libro, el libro de Anita Morjani, en el que la autora reflexiona sobre su experiencia cercana a la muerte, su ECM y las sensaciones sobre, o las sensaciones que le quedaron sobre lo que hay que hacer en la vida para que ésta sea significativa.
Y uno como que piensa, ¿no?, piensa mucho sobre las complicaciones de las que a veces nos rodeamos. El libro se llama, por cierto, Morir para ser yo, y es un libro increíble. Y de esta lectura me viene esta reflexión, ¿no?, de cómo podemos crear espacios de mejora personal. Podríamos decir que hay oportunidades de crear sencillos espacios de reflexión y mejora en estos ámbitos.
Podemos tener ideas para hacer actividades creativas y terapéuticas, ideas de conexión con el cuerpo, inspiración desde otros ángulos o perspectivas, es decir, mirar el mundo de otra manera, de la que lo solemos hacer, o ponernos incluso en el lugar de cómo ve el mundo otra persona.
En el ámbito de la conexión con los demás, en el ámbito de los rituales o hábitos personales, incluso podemos tener espacios de reflexión y mejora directamente viendo desafíos personales. Seguro que se te ocurren actividades para cada uno de estos ámbitos que he mencionado.
Voy a hablarte de algunas ideas que se mueven por cada uno de ellos y me encantará que me propongas el tuyo. Lo puedes dejar en los comentarios o en el blog en callateayoga.com. Ya sabéis que cada vídeo, cada podcast lo acompaña una entrada del blog. Podéis ir al blog y comentar aquí, porque seguro, estoy seguro de que si propones alguno, va a ayudarme a mí y va a ayudar a los demás.
Podemos llevar, por ejemplo, y lo hemos hablado mucho en estos vídeos, un diario de gratitud. Está muy manido. Algunos de estos conceptos que voy a mencionar están muy manidos. Lo que tenemos que preguntarnos es, aunque esté muy manido, ¿lo he hecho? ¿lo hago? ¿lo he probado? Porque si no, no está muy manido y nos lo tienen que repetir otra vez. Un diario de gratitud es sencillo. Escribir tres cosas por las que estás agradecido. Esto nos puede ayudar a enfocarnos en lo positivo y no tiene que ser algo grandioso.
Puede ser agradecer algo tan simple como una conversación agradable, que hemos dado un paseo y fijaos cuánto hay que agradecer para que nos podamos dar un paseo por una ciudad. Gente que ha hecho la calle, la carretera, las aceras, los edificios. O algo tan sencillo como agradecer un rayo de sol en la cara, una taza de una infusión. Algo positivo, sacar algo positivo de cada día. Hay mucho por lo que agradecer.
Podemos hacer meditación, mindfulness como presencia, como queramos llamarlo, en tareas cotidianas. Esto también es muy comentado. Pero es verdad que cada acción puede ser una oportunidad para estar presente. El dicho de un gran sabio de “hasta pelando patatas puedo girar la rueda del dharma”. Y este sabio se refería a esto. Enfocarnos en los olores, en las texturas, en las sensaciones mientras cocinamos, nos duchamos, tomamos un té. Convertir estos momentos en pequeños rituales conscientes. Conectar con la naturaleza. De nuevo, pasar tiempo al aire libre nos ayuda a salir del ruido mental.
Ahora se haya conceptualizado con baños de bosque, baños de luna. Da igual. Si queréis conceptualizarlo así, si os sirve, perfecto. Pero vamos, explorar o conectar con la naturaleza ya sabemos lo que significa. A veces basta con mirar el cielo, con caminar un poquito descalzo o simplemente sentir el viento en la piel. Si no podemos irnos a un bosque o a la montaña. Pero eso, mirar el cielo, caminar descalzo, simplemente sentir el viento puede ser también útil.
Preguntas poderosas. A veces una sola pregunta nos abre nuevas perspectivas. ¿Qué haría si no pudiese fallar? ¿Qué significa para mí vivir una vida plena? Reflexionar sobre estas cuestiones nos ayuda a descubrir grandes respuestas. Así que, bueno, estas ideas están en la conexión directa con uno mismo, cosas que podemos hacer de una manera sencilla.
También puede ser una vía de autoconocimiento y sanación. Fijaos, por ejemplo, los mapas mentales. A veces sentimos que tenemos demasiadas ideas en la cabeza. Puede ser por algo que vayamos a hacer, un problema o cualquier cosa. Y ordenarlo en un mapa mental —fijaos que puede ser una emoción o un pensamiento en el centro de una hoja y dejando que ideas se vayan conectando a los lados de manera natural— ordenarlo de esta manera nos da claridad, tanto si es un problema como algo creativo que queramos hacer. Nos ordena, lo vemos en perspectiva. Nos da una visión más clara de aquello que estamos creando en ese mapa mental.
En este ámbito de creatividad y expresión también podemos hacer lo que denominan algunas veces escritura libre o escritura terapéutica. Pues es simplemente ponernos a escribir y vaciar nuestra mente en un papel. Escritura automática. Es dedicarnos unos minutos sin pensar mucho, sin juzgar mucho, simplemente dejando que las palabras fluyan. Es una forma sencilla de liberar emociones y descubrir pensamientos ocultos. Hay gente que dice: “Empiezo poniendo ‘no sé lo que escribir’ y lo repito unas cuantas veces y luego a partir de ahí van surgiendo cosas.” Liberar emociones y descubrir pensamientos ocultos.
Vamos a seguir con este cómo crear espacios de reflexión y mejora personal en este ámbito de la creatividad y la expresión. La música. La música tiene el poder de influir en nuestro estado de ánimo y, bueno, yo creo que todos sabemos qué nos conecta con ese ser interior, qué tipo de música. Podemos probar a crear playlists para diferentes momentos del día. Yo tengo muchas playlists de conexión, de reflexión, y quizá puede ser un instrumento como la flauta o como el hang, por ejemplo.
En el curso, en el calendario del curso siempre tengo una playlist activa. De hecho, ahora mismo creo que tiene como 70 y tantas… no sé si llamarlo canciones, pero interpretaciones, y además lo ligo con la lectura. Podemos ligarlo o no ligarlo con la lectura, pero crear una playlist con hang, con flauta o con lo que sea para los momentos diferentes del día o las diferentes actividades que hagamos nos puede relajar, nos puede motivar, nos puede ayudar a soltar aquello que dejemos o que necesitemos dejar ir.
O incluso el dibujo o el arte intuitivo. Igual que decíamos antes lo de la escritura, podemos dedicarnos a dibujar líneas, formas, colores que representen cómo nos sentimos en este momento. Por ejemplo, es algo con lo que yo personalmente no me siento cómodo, pero sé que hay gente que sí. Y habrá alguien que diga ahora: “Si no te sientes cómodo, tienes que hacerlo.” Es que ya lo he hecho y no le saco… pero bueno, es probable que lo vuelva a probar.
De cualquier forma, todas estas cosas que estoy proponiendo son espacios de reflexión y mejora personal. No se trata ahora de conquistar nada, de intentar algo que no nos salga. Al revés, al revés. Se trata de dejar ir, si queréis, en palabras del Dr. Hawking. Luego, el dibujo o el arte intuitivo que decía, simplemente una manera de darle forma a las emociones, en este caso sin necesidad de las palabras, como decíamos en la escritura libre o escritura terapéutica.
Podemos tomarnos un día la práctica de una manera diferente. Por ejemplo, yo, si alguien va a clase o incluso los alumnos del curso en el que haya de YOGA, siempre les digo: “Un día, coged una secuencia cualquiera, descargadla de la web y hacedla solos.” El tiempo: 30 segundos, un minuto. Si alguien no se quiere complicar, de 30 a 40 segundos cada postura estará bien. Hazla solo, sin el profesor, ni siquiera yo u otro profesor. Quédate en casa. No te juzgues, no te exijas. Simplemente haz las posturas. Permítete conectar con aquello que no tiene nombre, que está dentro de nosotros. Dibuja la postura con los elementos de biomecánica que conozcas. No te hagas daño, pero no te juzgues. Simplemente practica.
Meditación en movimiento, kínhin consciente. Yo siempre propongo estas kínin —así se llama en el budismo Zen— estas caminatas conscientes. Yo creo que el caminar —igual, quizá no conectas con esto y lo tuyo es nadar, puede ser nadar conscientemente en vez de caminar conscientemente, puede ser barrer conscientemente—. Se trata de conectar contigo mientras caminas o mientras nadas, simplemente siendo, simplemente experimentando ese caminar. Siendo ese caminar, sin más. Para mí, una kínhin consciente es una de las cosas más poderosas que puedo hacer.
Luego, oye, hemos dicho lo de la práctica de posturas, pero puede ser una respiración consciente. Puede ser Pranayama consciente. El Pranayama ya es consciente, pero bueno, que pueden ser unas respiraciones. El tener un minuto de decir: “Este minuto voy a respirar de una manera consciente.” Ni siquiera voy a modificar la respiración. Simplemente a ser consciente de ella.
Eso te va a hacer directamente ir a meditación profunda. Si no es meditación, será silencio profundo, que es el paso previo a la meditación. Valdrá la pena. Otra idea dentro de esta conexión con el cuerpo sería bailar. Este movimiento puede ser una forma de liberación. Oye, pon tu canción favorita o una de ellas y deja que tu cuerpo se exprese sin reglas, sin coreografía, sin juicios, solo sintiendo la música. Esta frase de baila como si nadie te estuviera mirando, hazlo. Permítete que la energía fluya.
A veces, mirar el mundo desde otra óptica nos ayuda a comprendernos mejor. Ya no a los demás, que también, sino a comprendernos mejor. Podemos hacer, evidentemente, la lectura, pero a veces hay gente que solo lee novelas o solo lee cosas técnicas. Bueno, pues podemos leer libros inspiradores. Detenernos a reflexionar sobre ellos porque puede abrirnos nuevas puertas. Podemos irnos a clásicos como El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl, por ejemplo, que nos ofrece enseñanzas muy profundas sobre la vida, sobre el propósito de la vida, sobre la resiliencia. El libro que decía antes, el de Morir para ser yo. Tenéis en la biblioteca propuestas de no sé si son cuarenta y tantos libros. Cuarenta y tantos libros que a mí personalmente me han marcado. O incluso reflexiones con citas. Simplemente hay citas que merecen la pena.
Hay un libro, bueno, es una serie de libros que se llama Aprendiendo de los mejores. Lo tengo aquí. Ahora os digo el autor. (Qué vergüenza. Pero ya sabéis que me gusta hacer estas cosas en directo. Un momento.) Aprendiendo de los mejores. Ay, cómo no me voy a poder acordar… Claro, Francisco Alcaide. Aprendiendo de los mejores, Francisco Alcaide. Aquí el autor se basa en —coge autores, y en estos autores, bueno, autores, coge personalidades del mundo— y a través de citas poderosas hace pequeñas reflexiones. Bueno, pequeñas en cantidad de palabras, grandes reflexiones en cantidad de valor. Puede ser este libro, Aprendiendo de los mejores o cualquier otro, con frases que pueden parecer simples, pero si las aplicamos a nuestra vida diaria nos pueden transformar la manera de actuar, de pensar y de ver el mundo de otra manera.
Y luego, en estas nuevas perspectivas también podemos hacernos preguntas existenciales. Yo creo que estas ya nos las hacemos, ¿no? Pero, oye, ¿cuál es mi propósito en la vida? ¿Quién soy? Reflexionar sobre estas cosas, que de nuevo están muy manidas, pero reflexionar sin querer buscar respuestas inmediatas. Simplemente convivir con la pregunta. Permitir que la vida nos vaya abriendo camino a esa pregunta. Creo que está bien, ¿no? Como tenerla siempre en el radar.
¿Cuál es mi propósito? ¿Cómo puedo ser útil a los demás? Lo que decía Rick Warren: ¿Qué hay en mi mano y cómo puedo ayudar, cómo puedo ser útil a los demás con lo que tengo en la mano? Ya hemos hablado de esto también.
Cartas no enviadas. Puede ser en formato carta, en formato mail, en formato WhatsApp, en formato SMS, en el formato que queráis. Yo de toda la vida he cogido mi… Antes teníamos una agenda en la que teníamos los números de teléfono. ¿Alguien se acuerda de esto? Yo cogía esa agenda y decía: “Oye, ¿a quién no llamo hace tiempo?” Y a mí me gusta llamar a la gente, mandarle un WhatsApp ahora o un email y decirle: “Oye, me acuerdo de ti. He pensado en ti.” Mira, Eloy, un amigo. Esta semana ha sido con Eloy, un amigo. Hace un montón que no hablamos, nos tenemos mucho cariño y simplemente le he mandado un mensaje. Le he dicho: “Eloy, que me he acordado de ti, que te mando un abrazo.” Ya está, fin. Poca cosa más le dije. Bueno, un poco más, pero poco más. Escríbele una carta a alguien, mándale un mensaje, si le quieres mandar un cariño.
O si habéis tenido un conflicto, a ver si lo arregláis. Hay gente que dice incluso que si hay un conflicto puedes escribir esa carta o ese email, aunque nunca lo mandes, porque sana heridas. Pero bueno, yo creo que es mejor el contacto con alguien directo y decirle algo. A veces hemos cometido algún fallo y no está mal decirle a alguien: “Reconozco que cometí un error aquí.” Simplemente eso puede liberar mucho a la otra persona. Y si no, un acto de cariño y ya está.
O los actos de bondad al azar. Sonreír a alguien por la calle. Es que esto, si lo haces, te parecerá muy raro que lo diga aquí, pero es que hay mucha gente que no lo hace. Sonreír a alguien, dar las gracias. Hay gente que nunca da las gracias. Todo esto puede cambiar un día entero, un día nuestro o un día de los demás. ¿Tienes un día malo? Realiza un acto de bondad a alguien. Ya verás cómo todo tu día cambia. Aunque solo sea por egoísmo, todo tu día va a cambiar.
Y luego, la escucha activa. Oye, cuando estemos con alguien, un área de mejora, de reflexiones, escuchar a alguien sin interrumpir, sin juzgar, sin querer darle la solución, sin pensar en qué vamos a responder. Sólo nuestra presencia, sólo nuestra presencia es un regalo para la otra persona que nos está contando algo. Solo decirle “te escucho, te comprendo, estoy aquí contigo. No tengo la solución, pero que sepas que estoy presente aquí contigo, ya está.” Es suficiente.
Yo no soy muy de rituales y hábitos, pero es verdad que a veces pequeños cambios en nuestra rutina pueden generar grandes transformaciones. Entonces, oye, un ritual o una rutina de cierre del día. Tomarnos unos minutos antes de dormir para reflexionar, escribir quizá algo, un agradecimiento o incluso simplemente respirar profundamente y conscientemente un momento antes de cerrar el día, haciendo un repaso mental de todo esto, de todo el día. O una revisión mensual o anual o semanal, dedicar unos momentos a revisar un progreso de nuestros aprendizajes, de nuestros desafíos. Nos ayuda a mantener el rumbo de lo que realmente nos importa.
Lo que decíamos en el vídeo de suelo sagrado del mes anterior: simplificar la vida, deshacernos de lo innecesario, ya sean objetos, compromisos o pensamientos. Todo esto nos puede ayudar a tener más paz y claridad.
Salir de la zona de confort es un término muy usado, pero ¿salimos? ¿salimos? Yo a veces creo que lo tenemos todo demasiado controlado. Entonces atrevernos a hacer algo que nos da un poquito de miedo, creo que está muy bien. Y luego el desafío de reprogramar nuestras creencias limitantes. Lo estamos haciendo ahora en el curso de PNL: ver que lo que nos frena muchas veces no es la realidad, sino la forma en la que lo interpretamos. Entonces, reflexionando podemos identificar y transformar creencias que nos limitan, que nos frenan, que nos paran, que nos pausan. Y esto va a cambiar nuestra perspectiva y va a abrir nuevas posibilidades.
Y tras eso podemos hacer una visualización para el éxito, si queremos llamarlo. Nuestra mente responde a imágenes que creamos. Esto es así. Y si visualizamos nuestros objetivos con claridad y con emoción, estamos entrenando nuestro cerebro para hacerlo realidad. Nos lo dice Bernabé Tierno, nos lo dice Tony Robbins, nos lo dice un montón de gente, nos lo dice el maestro Swami Sivananda, nos lo dice Swami Vishnu Devananda en sus libros. Así que esa visualización para el éxito, tras todo lo demás, o tras por lo menos intentar identificar creencias limitantes, puede ser genial.
Cada una de estas prácticas es una puerta de entrada a un mayor autoconocimiento y a un mayor bienestar. No necesitamos aplicarlas todas a la vez, ni seguir un camino rígido. Todo lo contrario. Lo que decía antes: algo que sea fácil. Lo importante es elegir aquello que resuene con nosotros y permitirnos explorarlo a nuestro ritmo.
Como decía al principio, a veces conectar con nosotros mismos no requiere grandes cambios, sino pequeñas pausas, pequeños momentos de conciencia en medio del día. Una respiración profunda, un pensamiento de gratitud, o simplemente el acto de escuchar lo que nuestro cuerpo y mente necesitan en ese momento.
Si algo de lo que hemos hablado te ha inspirado, pues te invito a probarlo, a notar cómo te sientes. El cambio, como dice Daniel Gildenlow, el poeta sueco, siempre viene de dentro. No hay que mirar fuera, hay que mirar dentro.
Y si tienes alguna pequeña idea, en callateayoga.com, en el blog, tienes una entrada en la que puedes dejar un comentario.
Y nada más, espero que te apetezca acompañarme en este pequeño camino de Yoga y autoconocimiento, que te unas a practicar conmigo y con esta pequeña comunidad de yoguis y yoguinis normales que tenemos en el curso de Yoga para gente normal.
Espero que tengas más salud, que estés cerca de las personas que amas y que te sientas seguro y en paz.
Namaste
La entrada SUELO SAGRADO: Espacios de reflexión y mejora personal aparece primero en CallateyhazYoga.
1
11 ratings
Conectar con uno mismo no siempre requiere de largos retiros o prácticas complicadas. Hay herramientas simples que podemos aplicar en nuestro día a día para cultivar la introspección, la reflexión y el equilibrio interior. Este mes estamos en el curso de Yoga con un libro, el libro de Anita Morjani, en el que la autora reflexiona sobre su experiencia cercana a la muerte, su ECM y las sensaciones sobre, o las sensaciones que le quedaron sobre lo que hay que hacer en la vida para que ésta sea significativa.
Y uno como que piensa, ¿no?, piensa mucho sobre las complicaciones de las que a veces nos rodeamos. El libro se llama, por cierto, Morir para ser yo, y es un libro increíble. Y de esta lectura me viene esta reflexión, ¿no?, de cómo podemos crear espacios de mejora personal. Podríamos decir que hay oportunidades de crear sencillos espacios de reflexión y mejora en estos ámbitos.
Podemos tener ideas para hacer actividades creativas y terapéuticas, ideas de conexión con el cuerpo, inspiración desde otros ángulos o perspectivas, es decir, mirar el mundo de otra manera, de la que lo solemos hacer, o ponernos incluso en el lugar de cómo ve el mundo otra persona.
En el ámbito de la conexión con los demás, en el ámbito de los rituales o hábitos personales, incluso podemos tener espacios de reflexión y mejora directamente viendo desafíos personales. Seguro que se te ocurren actividades para cada uno de estos ámbitos que he mencionado.
Voy a hablarte de algunas ideas que se mueven por cada uno de ellos y me encantará que me propongas el tuyo. Lo puedes dejar en los comentarios o en el blog en callateayoga.com. Ya sabéis que cada vídeo, cada podcast lo acompaña una entrada del blog. Podéis ir al blog y comentar aquí, porque seguro, estoy seguro de que si propones alguno, va a ayudarme a mí y va a ayudar a los demás.
Podemos llevar, por ejemplo, y lo hemos hablado mucho en estos vídeos, un diario de gratitud. Está muy manido. Algunos de estos conceptos que voy a mencionar están muy manidos. Lo que tenemos que preguntarnos es, aunque esté muy manido, ¿lo he hecho? ¿lo hago? ¿lo he probado? Porque si no, no está muy manido y nos lo tienen que repetir otra vez. Un diario de gratitud es sencillo. Escribir tres cosas por las que estás agradecido. Esto nos puede ayudar a enfocarnos en lo positivo y no tiene que ser algo grandioso.
Puede ser agradecer algo tan simple como una conversación agradable, que hemos dado un paseo y fijaos cuánto hay que agradecer para que nos podamos dar un paseo por una ciudad. Gente que ha hecho la calle, la carretera, las aceras, los edificios. O algo tan sencillo como agradecer un rayo de sol en la cara, una taza de una infusión. Algo positivo, sacar algo positivo de cada día. Hay mucho por lo que agradecer.
Podemos hacer meditación, mindfulness como presencia, como queramos llamarlo, en tareas cotidianas. Esto también es muy comentado. Pero es verdad que cada acción puede ser una oportunidad para estar presente. El dicho de un gran sabio de “hasta pelando patatas puedo girar la rueda del dharma”. Y este sabio se refería a esto. Enfocarnos en los olores, en las texturas, en las sensaciones mientras cocinamos, nos duchamos, tomamos un té. Convertir estos momentos en pequeños rituales conscientes. Conectar con la naturaleza. De nuevo, pasar tiempo al aire libre nos ayuda a salir del ruido mental.
Ahora se haya conceptualizado con baños de bosque, baños de luna. Da igual. Si queréis conceptualizarlo así, si os sirve, perfecto. Pero vamos, explorar o conectar con la naturaleza ya sabemos lo que significa. A veces basta con mirar el cielo, con caminar un poquito descalzo o simplemente sentir el viento en la piel. Si no podemos irnos a un bosque o a la montaña. Pero eso, mirar el cielo, caminar descalzo, simplemente sentir el viento puede ser también útil.
Preguntas poderosas. A veces una sola pregunta nos abre nuevas perspectivas. ¿Qué haría si no pudiese fallar? ¿Qué significa para mí vivir una vida plena? Reflexionar sobre estas cuestiones nos ayuda a descubrir grandes respuestas. Así que, bueno, estas ideas están en la conexión directa con uno mismo, cosas que podemos hacer de una manera sencilla.
También puede ser una vía de autoconocimiento y sanación. Fijaos, por ejemplo, los mapas mentales. A veces sentimos que tenemos demasiadas ideas en la cabeza. Puede ser por algo que vayamos a hacer, un problema o cualquier cosa. Y ordenarlo en un mapa mental —fijaos que puede ser una emoción o un pensamiento en el centro de una hoja y dejando que ideas se vayan conectando a los lados de manera natural— ordenarlo de esta manera nos da claridad, tanto si es un problema como algo creativo que queramos hacer. Nos ordena, lo vemos en perspectiva. Nos da una visión más clara de aquello que estamos creando en ese mapa mental.
En este ámbito de creatividad y expresión también podemos hacer lo que denominan algunas veces escritura libre o escritura terapéutica. Pues es simplemente ponernos a escribir y vaciar nuestra mente en un papel. Escritura automática. Es dedicarnos unos minutos sin pensar mucho, sin juzgar mucho, simplemente dejando que las palabras fluyan. Es una forma sencilla de liberar emociones y descubrir pensamientos ocultos. Hay gente que dice: “Empiezo poniendo ‘no sé lo que escribir’ y lo repito unas cuantas veces y luego a partir de ahí van surgiendo cosas.” Liberar emociones y descubrir pensamientos ocultos.
Vamos a seguir con este cómo crear espacios de reflexión y mejora personal en este ámbito de la creatividad y la expresión. La música. La música tiene el poder de influir en nuestro estado de ánimo y, bueno, yo creo que todos sabemos qué nos conecta con ese ser interior, qué tipo de música. Podemos probar a crear playlists para diferentes momentos del día. Yo tengo muchas playlists de conexión, de reflexión, y quizá puede ser un instrumento como la flauta o como el hang, por ejemplo.
En el curso, en el calendario del curso siempre tengo una playlist activa. De hecho, ahora mismo creo que tiene como 70 y tantas… no sé si llamarlo canciones, pero interpretaciones, y además lo ligo con la lectura. Podemos ligarlo o no ligarlo con la lectura, pero crear una playlist con hang, con flauta o con lo que sea para los momentos diferentes del día o las diferentes actividades que hagamos nos puede relajar, nos puede motivar, nos puede ayudar a soltar aquello que dejemos o que necesitemos dejar ir.
O incluso el dibujo o el arte intuitivo. Igual que decíamos antes lo de la escritura, podemos dedicarnos a dibujar líneas, formas, colores que representen cómo nos sentimos en este momento. Por ejemplo, es algo con lo que yo personalmente no me siento cómodo, pero sé que hay gente que sí. Y habrá alguien que diga ahora: “Si no te sientes cómodo, tienes que hacerlo.” Es que ya lo he hecho y no le saco… pero bueno, es probable que lo vuelva a probar.
De cualquier forma, todas estas cosas que estoy proponiendo son espacios de reflexión y mejora personal. No se trata ahora de conquistar nada, de intentar algo que no nos salga. Al revés, al revés. Se trata de dejar ir, si queréis, en palabras del Dr. Hawking. Luego, el dibujo o el arte intuitivo que decía, simplemente una manera de darle forma a las emociones, en este caso sin necesidad de las palabras, como decíamos en la escritura libre o escritura terapéutica.
Podemos tomarnos un día la práctica de una manera diferente. Por ejemplo, yo, si alguien va a clase o incluso los alumnos del curso en el que haya de YOGA, siempre les digo: “Un día, coged una secuencia cualquiera, descargadla de la web y hacedla solos.” El tiempo: 30 segundos, un minuto. Si alguien no se quiere complicar, de 30 a 40 segundos cada postura estará bien. Hazla solo, sin el profesor, ni siquiera yo u otro profesor. Quédate en casa. No te juzgues, no te exijas. Simplemente haz las posturas. Permítete conectar con aquello que no tiene nombre, que está dentro de nosotros. Dibuja la postura con los elementos de biomecánica que conozcas. No te hagas daño, pero no te juzgues. Simplemente practica.
Meditación en movimiento, kínhin consciente. Yo siempre propongo estas kínin —así se llama en el budismo Zen— estas caminatas conscientes. Yo creo que el caminar —igual, quizá no conectas con esto y lo tuyo es nadar, puede ser nadar conscientemente en vez de caminar conscientemente, puede ser barrer conscientemente—. Se trata de conectar contigo mientras caminas o mientras nadas, simplemente siendo, simplemente experimentando ese caminar. Siendo ese caminar, sin más. Para mí, una kínhin consciente es una de las cosas más poderosas que puedo hacer.
Luego, oye, hemos dicho lo de la práctica de posturas, pero puede ser una respiración consciente. Puede ser Pranayama consciente. El Pranayama ya es consciente, pero bueno, que pueden ser unas respiraciones. El tener un minuto de decir: “Este minuto voy a respirar de una manera consciente.” Ni siquiera voy a modificar la respiración. Simplemente a ser consciente de ella.
Eso te va a hacer directamente ir a meditación profunda. Si no es meditación, será silencio profundo, que es el paso previo a la meditación. Valdrá la pena. Otra idea dentro de esta conexión con el cuerpo sería bailar. Este movimiento puede ser una forma de liberación. Oye, pon tu canción favorita o una de ellas y deja que tu cuerpo se exprese sin reglas, sin coreografía, sin juicios, solo sintiendo la música. Esta frase de baila como si nadie te estuviera mirando, hazlo. Permítete que la energía fluya.
A veces, mirar el mundo desde otra óptica nos ayuda a comprendernos mejor. Ya no a los demás, que también, sino a comprendernos mejor. Podemos hacer, evidentemente, la lectura, pero a veces hay gente que solo lee novelas o solo lee cosas técnicas. Bueno, pues podemos leer libros inspiradores. Detenernos a reflexionar sobre ellos porque puede abrirnos nuevas puertas. Podemos irnos a clásicos como El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl, por ejemplo, que nos ofrece enseñanzas muy profundas sobre la vida, sobre el propósito de la vida, sobre la resiliencia. El libro que decía antes, el de Morir para ser yo. Tenéis en la biblioteca propuestas de no sé si son cuarenta y tantos libros. Cuarenta y tantos libros que a mí personalmente me han marcado. O incluso reflexiones con citas. Simplemente hay citas que merecen la pena.
Hay un libro, bueno, es una serie de libros que se llama Aprendiendo de los mejores. Lo tengo aquí. Ahora os digo el autor. (Qué vergüenza. Pero ya sabéis que me gusta hacer estas cosas en directo. Un momento.) Aprendiendo de los mejores. Ay, cómo no me voy a poder acordar… Claro, Francisco Alcaide. Aprendiendo de los mejores, Francisco Alcaide. Aquí el autor se basa en —coge autores, y en estos autores, bueno, autores, coge personalidades del mundo— y a través de citas poderosas hace pequeñas reflexiones. Bueno, pequeñas en cantidad de palabras, grandes reflexiones en cantidad de valor. Puede ser este libro, Aprendiendo de los mejores o cualquier otro, con frases que pueden parecer simples, pero si las aplicamos a nuestra vida diaria nos pueden transformar la manera de actuar, de pensar y de ver el mundo de otra manera.
Y luego, en estas nuevas perspectivas también podemos hacernos preguntas existenciales. Yo creo que estas ya nos las hacemos, ¿no? Pero, oye, ¿cuál es mi propósito en la vida? ¿Quién soy? Reflexionar sobre estas cosas, que de nuevo están muy manidas, pero reflexionar sin querer buscar respuestas inmediatas. Simplemente convivir con la pregunta. Permitir que la vida nos vaya abriendo camino a esa pregunta. Creo que está bien, ¿no? Como tenerla siempre en el radar.
¿Cuál es mi propósito? ¿Cómo puedo ser útil a los demás? Lo que decía Rick Warren: ¿Qué hay en mi mano y cómo puedo ayudar, cómo puedo ser útil a los demás con lo que tengo en la mano? Ya hemos hablado de esto también.
Cartas no enviadas. Puede ser en formato carta, en formato mail, en formato WhatsApp, en formato SMS, en el formato que queráis. Yo de toda la vida he cogido mi… Antes teníamos una agenda en la que teníamos los números de teléfono. ¿Alguien se acuerda de esto? Yo cogía esa agenda y decía: “Oye, ¿a quién no llamo hace tiempo?” Y a mí me gusta llamar a la gente, mandarle un WhatsApp ahora o un email y decirle: “Oye, me acuerdo de ti. He pensado en ti.” Mira, Eloy, un amigo. Esta semana ha sido con Eloy, un amigo. Hace un montón que no hablamos, nos tenemos mucho cariño y simplemente le he mandado un mensaje. Le he dicho: “Eloy, que me he acordado de ti, que te mando un abrazo.” Ya está, fin. Poca cosa más le dije. Bueno, un poco más, pero poco más. Escríbele una carta a alguien, mándale un mensaje, si le quieres mandar un cariño.
O si habéis tenido un conflicto, a ver si lo arregláis. Hay gente que dice incluso que si hay un conflicto puedes escribir esa carta o ese email, aunque nunca lo mandes, porque sana heridas. Pero bueno, yo creo que es mejor el contacto con alguien directo y decirle algo. A veces hemos cometido algún fallo y no está mal decirle a alguien: “Reconozco que cometí un error aquí.” Simplemente eso puede liberar mucho a la otra persona. Y si no, un acto de cariño y ya está.
O los actos de bondad al azar. Sonreír a alguien por la calle. Es que esto, si lo haces, te parecerá muy raro que lo diga aquí, pero es que hay mucha gente que no lo hace. Sonreír a alguien, dar las gracias. Hay gente que nunca da las gracias. Todo esto puede cambiar un día entero, un día nuestro o un día de los demás. ¿Tienes un día malo? Realiza un acto de bondad a alguien. Ya verás cómo todo tu día cambia. Aunque solo sea por egoísmo, todo tu día va a cambiar.
Y luego, la escucha activa. Oye, cuando estemos con alguien, un área de mejora, de reflexiones, escuchar a alguien sin interrumpir, sin juzgar, sin querer darle la solución, sin pensar en qué vamos a responder. Sólo nuestra presencia, sólo nuestra presencia es un regalo para la otra persona que nos está contando algo. Solo decirle “te escucho, te comprendo, estoy aquí contigo. No tengo la solución, pero que sepas que estoy presente aquí contigo, ya está.” Es suficiente.
Yo no soy muy de rituales y hábitos, pero es verdad que a veces pequeños cambios en nuestra rutina pueden generar grandes transformaciones. Entonces, oye, un ritual o una rutina de cierre del día. Tomarnos unos minutos antes de dormir para reflexionar, escribir quizá algo, un agradecimiento o incluso simplemente respirar profundamente y conscientemente un momento antes de cerrar el día, haciendo un repaso mental de todo esto, de todo el día. O una revisión mensual o anual o semanal, dedicar unos momentos a revisar un progreso de nuestros aprendizajes, de nuestros desafíos. Nos ayuda a mantener el rumbo de lo que realmente nos importa.
Lo que decíamos en el vídeo de suelo sagrado del mes anterior: simplificar la vida, deshacernos de lo innecesario, ya sean objetos, compromisos o pensamientos. Todo esto nos puede ayudar a tener más paz y claridad.
Salir de la zona de confort es un término muy usado, pero ¿salimos? ¿salimos? Yo a veces creo que lo tenemos todo demasiado controlado. Entonces atrevernos a hacer algo que nos da un poquito de miedo, creo que está muy bien. Y luego el desafío de reprogramar nuestras creencias limitantes. Lo estamos haciendo ahora en el curso de PNL: ver que lo que nos frena muchas veces no es la realidad, sino la forma en la que lo interpretamos. Entonces, reflexionando podemos identificar y transformar creencias que nos limitan, que nos frenan, que nos paran, que nos pausan. Y esto va a cambiar nuestra perspectiva y va a abrir nuevas posibilidades.
Y tras eso podemos hacer una visualización para el éxito, si queremos llamarlo. Nuestra mente responde a imágenes que creamos. Esto es así. Y si visualizamos nuestros objetivos con claridad y con emoción, estamos entrenando nuestro cerebro para hacerlo realidad. Nos lo dice Bernabé Tierno, nos lo dice Tony Robbins, nos lo dice un montón de gente, nos lo dice el maestro Swami Sivananda, nos lo dice Swami Vishnu Devananda en sus libros. Así que esa visualización para el éxito, tras todo lo demás, o tras por lo menos intentar identificar creencias limitantes, puede ser genial.
Cada una de estas prácticas es una puerta de entrada a un mayor autoconocimiento y a un mayor bienestar. No necesitamos aplicarlas todas a la vez, ni seguir un camino rígido. Todo lo contrario. Lo que decía antes: algo que sea fácil. Lo importante es elegir aquello que resuene con nosotros y permitirnos explorarlo a nuestro ritmo.
Como decía al principio, a veces conectar con nosotros mismos no requiere grandes cambios, sino pequeñas pausas, pequeños momentos de conciencia en medio del día. Una respiración profunda, un pensamiento de gratitud, o simplemente el acto de escuchar lo que nuestro cuerpo y mente necesitan en ese momento.
Si algo de lo que hemos hablado te ha inspirado, pues te invito a probarlo, a notar cómo te sientes. El cambio, como dice Daniel Gildenlow, el poeta sueco, siempre viene de dentro. No hay que mirar fuera, hay que mirar dentro.
Y si tienes alguna pequeña idea, en callateayoga.com, en el blog, tienes una entrada en la que puedes dejar un comentario.
Y nada más, espero que te apetezca acompañarme en este pequeño camino de Yoga y autoconocimiento, que te unas a practicar conmigo y con esta pequeña comunidad de yoguis y yoguinis normales que tenemos en el curso de Yoga para gente normal.
Espero que tengas más salud, que estés cerca de las personas que amas y que te sientas seguro y en paz.
Namaste
La entrada SUELO SAGRADO: Espacios de reflexión y mejora personal aparece primero en CallateyhazYoga.
4,412 Listeners
136 Listeners
271 Listeners