A partir de los principios de diseño de Internet, como son “mejor esfuerzo”, interoperabilidad, apertura, e “inteligencia en la orilla”, he desarrollado un marco analítico para comprender y trasladar conocimiento de los fenómenos entre el ambiente en línea y los que históricamente conocemos fuera de Internet. No se trata de razonamientos por analogía, que rápidamente fracasan, ni de un dualismo digital o excepcionalismo de Internet, ni de su opuesto, la visión de que “nada hay nuevo bajo el Sol”, sino de un esquema que permite aislar los efectos de la tecnología y los motores básicos de conducta individual o colectiva.