Adrián, un joven de 14 años, se quedó sólo, porque sus padres habían salido a comprar insumos para su hogar. Al caminar por los maizales, se encontró con un muñeco que parecía pertenecer a un ventrílocuo, pero este no tenía ni brazos ni piernas, Adrián lo llevó a casa, desde ese momento, muchas cosas extrañas empezar a suceder.