Héctor Aníbal Giménez, bien podría ser un cabo primero, o un número 5 de Gimnasia Esgrima de Jujuy de los años '80. Pero no, este Giménez era y continúa siendo pastor evangélico: el Pastor Giménez, un símbolo en sí mismo.
Para muchos quizás no sea más que un desconocido, mientras que para otros, sobre todo los mayores de 40, una celebridad de época, un representante del chanta, o del evangelio, según a quien se le pregunte. Repasando su historia, puede que el Pastor Giménez represente, quizás junto a Max Higgins (historia que les recomiendo escuchar), la esencia de Tormenta de Humo.
Este historia tiene de todo: Pobreza, delincuencia, drogas, religión, redención, convertibilidad, estafas, auge, aviones privados, camionetas 4x4, infidelidad, divorcio, testaferros, condenas judiciales, caradurismo en su máxima expresión, alcohol en gel a mil pesos, el Diego, Moria Casan, Pocho la Pantera, y algunas cositas más. ¿Tenés ganas de escucharla?
En la segunda parte, analizamos la farandulización, y el apogeo de su imperio de los milagros. Pero todo lo que sube tiene que bajar, el Pastor no es la excepción, y su caída fue mucho más espectacular que su elevación, porque fue en cuotas, muy mediática y en una década que hoy nos parece casi fetiche.