Sin duda que vamos a enfrentar conflictos, muchas veces de forma inesperada y con personas que tal vez no creíamos que se darían problemas similares o de ningún índole.
Cómo respondemos a la suposición, malos entendidos y ofensas hacía nosotros, nos permite examinar nuestra conciencia, la credibilidad de nuestras palabras y la seguridad en Cristo, de que lo que hicimos fue conforme al vínculo con el.
Dios permite escenarios e incluso pausas no planificadas, para que nuestro corazón sea tratado, ablandado, y moldeado a una dependencia plena de su voluntad.