Faustino Gómez nos comparte su extraordinario viaje desde las primeras bancas de una iglesia en Sabinas, Coahuila, hasta convertirse en formador bíblico certificado en Texas. Su testimonio revela cómo un niño curioso de 7 años, que descubrió su llamado contemplando a Cristo crucificado durante un juego infantil, mantuvo su fe inquebrantable mientras construía el sueño americano.
Hoy, a los 58 años, este especialista en administración comercial dedica su vida a formar catequistas, impartir clases de confirmación y servir como legionario de María en Nuestra Señora del Líbano. Su historia demuestra que la verdadera riqueza se encuentra en las vidas transformadas por la Palabra de Dios. Una conversación inspiradora para quienes buscan mantener su fe viva mientras navegan entre culturas, carreras y responsabilidades familiares.