En este episodio, Andrés Villaseñor comparte su extraordinaria transformación espiritual. La historia comienza con un joven narcisista que buscaba ser el centro de atención, deseando no solo ser admirado sino que otros quisieran ser como él sin poder lograrlo. La transformación inicia cuando, en un momento de crisis, su amigo Emilio lo recibe con un abrazo incondicional que representa el amor del padre, sin reclamos ni preguntas.
Contra su voluntad, es prácticamente forzado a ir a misiones, una experiencia que cambiaría su vida a pesar de su resistencia inicial. Llega a Perú creyendo que iba a ser un héroe misionero, pero el fundador de la orden le enseña una lección de humildad recordándole que no es digno de estar ahí. Su experiencia en Andahuaylillas, entre monasterio y orfanato, lo lleva a aprender sobre la verdadera pobreza, obediencia y vida comunitaria.