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“Mía es la quietud de la paz de Dios.”
6 Tema Especial.
Qué es el Cristo?
Es el recuerdo de nuestra mente despierta, la oportunidad de reconocer que en esta ilusión podemos abrir nuestros ojos para dirigirnos hacia la verdad. La creación perfecta de Dios, su hijo en plena conciencia de unidad con el Padre, ese Ser que nunca le dio poder a la ilusión de la separación abandonando el cuerpo, venciendo la muerte y las leyes del tiempo.
Cristo es la presencia inmaterial, eterna y perfecta que se abandona a la creencia de la vida como ahora la vemos. Quien permite la perfecta unión entre sus hijos y nos invita a reconocernos con sus hijos dentro de la unidad sin excepción.
Cristo es el recuerdo de que la salvación ya ha sido alcanzada donde la aurora de nuestras mentes es posible cuando vemos en todos los que nos rodean y su Santa presencia, la que siempre ha sido y ha estado. Revelando que no hay ningún error más allá de haberle dado poder a la idea de haber salido de la casa del Padre, revelación que nos conduce al verdadero perdón, a la restauración de nuestras relaciones sustrayendo de ellas el juicio y la culpa para así cumplir con el único fin que ya se ha cumplido, la Expiación.
La lección de hoy es:
“¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?”
Explicación:
Ya estamos listos para vivir un día completo en paz, hemos venido recordando lo que es real y por lo tanto importante, hemos aprendido a ver, distinguir y entender. Nuestra mente ahora sabe claramente que no puede apreciar más allá de su esencia, descartamos todo lo que no obedezca a ella. Si por algún momento algo altera nuestra paz durante el día, sencillamente recordaremos que es posible hacerlo, sin culparnos o juzgarnos, amorosamente solo diremos:
“Mía es la quietud de la paz de Dios", y nada podrá venir a perturbar la paz que Dios Mismo le dio a Su Hijo.”
“Padre, Tu paz me pertenece. ¿Qué necesidad tengo de temer que algo pueda robarme lo que Tú has dispuesto sea mío para siempre? No puedo perder los dones que Tú me has dado. Por lo tanto, la paz con la que Tú agraciaste a Tu Hijo sigue conmigo, en la quietud y en el eterno amor que Te profeso”
Práctica
Lee lenta y pausadamente la lección y la explicación que la acompaña, luego entra en el profundo silencio para que sea la Voz De Dios que te guíe en este recorrido, y puedas sentir La Paz que Él te brinda con su presencia y la manera en la que revelará lo que significas para Él, cuando aceptas su unión perfecta, esa que jamas ha desaparecido.
Durante el día mantén presente la
Afirmación y recuérdala cada vez que sientas necesidad de ponerla en práctica.
“¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?”