Detrás de toda religión, práctica espiritual o método de autoconocimiento al fin y al cabo lo que hay debajo y detrás de todo eso es miedo a la muerte. Nos cuesta aceptar la verdad más inevitable de nuestras vidas ¿cómo no nos va a costar aceptar otras menos importantes? como el hecho de que no me amo lo suficiente, o el hecho de que mis pensamientos negativos me dominan o el hecho de que mi vida refleja lo que creo que merezco. Al fin y al cabo todo lo que no reconocemos nos somete. Las religión nos somete, ese trabajo que no merecemos nos somete, esa relación que no nos valora y nos juzga nos somete.
Desde esta perspectiva el esquema de cosas de mi vida actualmente están sostenidas por una idea, percepción y reafirmación de mi misma. Cuando cambia ese concepto, percepción y reafirmación de mí misma cambia mi esquema vital.