El Grillo y la Luna es un proyecto familiar que nace en Barbastro, en el año 2007, fruto de una ilusión: crear unos vinos únicos y con alma.
La paciencia es la carta de presentación de la bodega donde lo bueno se hace esperar. Bajo la premisa de que el vino nace en la viña, este solo sale al mercado en su momento óptimo, sin prisas, respetando al máximo la singularidad de cada añada.