¿Cómo descubrir todo nuestro potencial?
Sin importar con qué talentos o en qué familia nacimos, el dinero que hemos ganado o perdido, o los tiempos difíciles y los descansos merecidos que hemos tenido, nada nos llevará a donde queremos si no descubrimos primero todo nuestro potencial.
Es el factor clave en todas las historias de éxito. La historia famosa de cómo el hombre humilde llega a ser afortunado o el cuento del hombre que consigue cambiar el mundo con sus propias manos provienen de un factor importante: las personas que tienen éxito son aquellas que aprenden a cómo acceder a algo innato dentro de sí mismas y a vivir y respirar sus sueños.
Cada uno de nosotros tiene un potencial innato que se encuentra dentro de nosotros mismos y lo más sensacional es que todos tenemos un potencial que es únicamente nuestro. Es una mezcla magnífica de nuestra genética, nuestro entorno, la manera en que nuestro cuerpo ha sido diseñado y los talentos con los que nacimos. Cada uno de nosotros tiene algo diferente, algún don que impartir a este mundo.
Por supuesto, el primer paso es descubrir qué es. Para algunos de nosotros esto es un proceso instintivo en el cual nuestros atentos padres o maestros a menudo nos han ayudado al ver que hay algo en nosotros desde muy pequeños y así es como lo crearon.
Para otros, es toda una lucha identificar lo qué es. Eso puede ser a causa de varias razones. A menudo tenemos un instinto que nos indica qué queremos ser cuando aún somos niños pequeños. Pero esta idea podría ser arrancada o desaprobada por nuestros padres y sus expectativas que no coinciden con nuestros propios talentos natos. Por ejemplo: puede que hayamos nacido para ser personas creativas a las que les encanta armar diseños y colores, pero provenir de una familia de numerosos contadores exitosos y propietarios de empresas. Entonces hay expectativas de que cuando seamos mayores trabajemos en alguna empresa.
El entorno también puede desempeñar un papel importante. A menudo aprendemos en qué somos buenos cuando probamos cosas nuevas. Si viviéramos en un sitio donde no hay muchas oportunidades, o no tuviésemos mucho dinero para pagar nuestras clases o para viajar, entonces es probable que no hayamos experimentado aquello en lo que somos buenos por naturaleza.