Los alimentos en sí mismos no son buenos o malos, depende más de nuestro punto de vista con ellos, depende más de lo que creemos que son y como lo manejamos. En esta meditación nos enfocaremos en entenderlo desde un punto de vista compasivo y tejer un nuevo manto con el cual nos cubramos y protejamos la relación con nuestros alimentos con el hecho de comer, pero sobre todo protegernos a nosotros mismos de interpretaciones erroneas que solemos tener acerca de esta relación que siempre debiese ser sana y hasta cierto punto alegre.