¡Que la realidad de tu presente no eclipse tus sueños!¡No dejes de soñar! ¡Si respiras, aún hay esperanza! Extiende tus alas y no permitas que lo que ahora no entiendes te detenga en el camino. ¡No eres del común! Y aunque la mayoría grite que no se puede y abandonan sus sueños, tú, elige ser diferente. Elige avanzar en situaciones en las que ellos abandonan. ¡Elige amar y perdonar! Elige servir, aunque otros elijan no hacerlo. Y en lo que te resta de esta travesía, decide con báse a los principios que emanan de la palabra de Dios, en lugar de hacerlo, con báse en las emociones que experimentas. ¡No es fácil, yo lo se! Pero mi amigo, mi amiga, es mortalmente necesario. A demás, recuerda que el propósito de Dios para contigo y para conmigo, está por encima de todo y vale la pena cualquier sacrificio; ya que vivir de otra forma, si somos sinceros, no tendría ningún sentido.