Sin acción no pasa nada: eso es algo que ya sabías hace tiempo.

Lo que quizás no sabías tanto es que hay tres conceptos que influyen en que ese efecto (esa acción) tenga lugar: el empujón, el arrastre y el impulso.

De ellos, el impulso es el único en el que la fuerza motriz parte de tu propio interior.

En una relación de pareja, los movimientos más recomendables deberían ser el resultado del impulso de sus integrantes.

Si quieres aprender a generar el impulso que tu relación de pareja precisa, te invito a que te unas al reto “Recicla tu cama” por tan sólo 7 euros:

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