Uri Puigdemont y German García Casanova desgranan las múltiples incógnitas que el Gran Premio de España de este fin de semana debe comenzar a resolver. 

Son muchos los pilotos de MotoGP que llevan tiempo esperando el desembarco del Mundial en circuitos más al uso que los de Losail y Portimao, donde las Yamaha exhibieron una incontestable superioridad. 

En Jerez, Fabio Quartararo está llamado a confirmar la estabilidad que le proporciona la M1 de este curso, de la misma manera que Maverick Viñales debería dejar claro que el gatillazo de Portugal, donde terminó el undécimo a 23 segundos de su compañero, no fue más que un accidente.

El podio que Joan Mir se adjudicó en el Algarve contrastó con la caída de Alex Rins mientras trataba de desactivar la huida del Diablo, de modo que la pareja de Suzuki está llamada a dar un paso adelante si no quiere comenzar a quedar descolgada. 

Tras la gran séptima plaza lograda en su reaparición, Marc Márquez regresa al lugar en el que hace nueve meses sufrió la lesión más grave de su trayectoria, y lo hará con la intención de seguir dando pasos que le acerquen a su mejor versión. 

Valentino Rossi, por su parte, se presenta en uno de sus trazados favoritos con la misión de enderezar un rumbo que le lleva a la deriva. El italiano busca materializar un cambio de dinámica que también necesita Jack Miller, tras un inicio de curso plagado de dudas.