Soy José Carlos Coronel, nací en 1944 en Jujuy. Soy poeta y militante.
Estoy casado con María Cristina Bustos y tenemos dos hijas: María y Lucía.
la frase procesal se retuerce y avanza
como un gusano helado por mis huesos.
Tiemblo. Es el silencio.
La oscuridad.
Las manos contra la pared las piernas bien abiertas
quiénes son sus compañeros dice una voz y los golpes
suenan en mi espalda como las tormentas
calientes del verano de Tucumán.
La sangre en los labios las calles inundadas
los barquitos de papel el jadeo entrecortado
(las risas de los torturadores me bañan
en un aceite grueso y asfixiante)
se repiten unos a otros los soldados
que me guardan
sus ojos negros a veces inocentes
se clavan en mí con curiosidad
me apuntan con sus armas si me muevo
pero les hablo y se acercan a mí
y comprueban que somos idénticos
pero se hace otra vez la noche
y vienen a buscarme. ¿Tienes frío?
Preguntan y me desnudan a tirones.
El frío. Tiemblo. El frío atroz y amarillo
de sentirme impotente en un presente
constante y opresivo.
Este momento. Este golpe. Este sacudón
la pregunta lanzada como un ácido
sobre la piel
ellos y yo el aullido y el cuerpo
retorcido de dolor y asco
¿de quién? ¿de vos? ¿de mis hermanos
oprimidos? Ilusos pequeños hombrecitos
juegan a que no saben nada de su muerte
como si mis muertos no vinieran
a darme aliento entre golpe y golpe
como si no escucharan los pasos decididos
de mis compañeros cuando el estallido blanco
de mi cerebro electrificado
y me alzan entre dos y me dejan
¿de quién? ¿de Dios?
¿de la victoria inevitable?
Pobres hombrecitos temblorosos.
Hemos decidido anunciarles
que la obscena liturgia que practican
es estéril y también suicida
pues el tiempo vendrá como la lluvia
con el estallido verde de los límites finales.
El 29 de septiembre de 1976 fui asesinado resistiendo con mis compañeros un brutal allanamiento en Villa Luro.
Memoria, verdad, justicia