La irrupción en nuestras vidas de las tecnologías digitales está dando lugar a una nueva generación de emprendedores, con la creación de empleos prácticamente inexistentes en el mercado de trabajo tradicional. El fenómeno toma de sorpresa a la universidad y a las escuelas de oficios que se han visto obligadas a actualizar sus mallas académicas. No podemos permitirnos el lujo de perder este tren de alta velocidad.

La idea de reformar el Estado viene de lejos. Hace años que se le da vueltas al mismo eje sin llegar a nada concreto. Y eso que se han estado contratando recursos multimillonarios con ese fin. En lo técnico, se ha avanzado bastante hacia el Gobierno electrónico. En cambio, no hay voluntad para acabar con el Estado agencia de empleo político y de negociados con las compras públicas.

La comunidad política hace poco y nada por preservar la integridad institucional. Ahí tenemos al Congreso dilatando un juicio político ya casi fallido, y que nos expone al mundo como una democracia débil, corroída por la corrupción y peligrosamente penetrada por el crimen organizado. Por inepcia o complicidad, dos instituciones clave quedan girando en el aire, el Poder Legislativo y el Ministerio Público. Grave y muy peligroso.

Los noruegos saben que el petróleo habrá de acabárseles un día. Por eso ya empezaron a mudarse del hidrocarburo a las renovables. Por aquí, nos sobra energía eléctrica pero gastamos fortunas en petróleo. Nos agobia el cortoplacismo teniendo todos los recursos para pensar, por lo menos, a mediano plazo. Lo malo es que es tiempo perdido que no tiene repuesto.

Desde su aparición en 2011, 5dias viene sosteniendo que la economía va a sufrir siempre rengueras y amputaciones si no logramos extirpar, o al menos reducir a su mínima expresión, todas las formas conocidas de corrupción. Contrabando, lavado de activos y organizaciones criminales constituyen un combo altamente peligroso para la estabilidad institucional, en especial en la altamente vulnerable América Latina.

La que hoy existe es obsoleta e insuficiente para la demanda de servicio que plantea el tráfico de vehículos, pasajeros y carga.

El BCP asegura que la TPM al 7,75% es el tope y que más de allí no subirá. Pero es la mitad de una buena noticia. La otra mitad es lo que tardará en contraerse a niveles anteriores al COVID. Ahora, debemos esperar que esta fórmula reforzada despliegue su acción terapéutica, la inflación baje a cotas más manejables -digamos, un 8% anualizado 2022- y el déficit fiscal, por lo menos, se congele donde está.

Los cargos jerárquicos en las entidades binacionales como Itaipú y Yacyretá siempre han sido refugios de lujo de los que disfrutan personajes descartados de la política activa. Apoltronados en algún sillón del consejo de administración o en alguna secretaría de campanillas, los refugiados pueden facturar entre 800 a 1.200 millones de guaraníes al año. Pero hay para todos en la tierra del nunca jamás.

El modelo familiar de producción algodonera se fue para siempre. La nueva batalla del algodón se libra en el terreno tecnológico, con parcelas más grandes en busca de rendimientos mayores y con uso masivo de los recursos que ofrecen los más avanzados arsenales de la biotecnología aplicada. Esto demanda capital para la compra de maquinaria, semillas e insumos. Ni malo ni bueno, simplemente diferente.

La producción arrocera enfrenta un panorama muy comprometido para el próximo ciclo productivo a punto de iniciarse. Los productores cerraron costos y las perspectivas no son alentadoras. Con el abrupto encarecimiento del gasoil en mas de un 90% en seis meses y la triplicación de US$ 650 a US$ 1.750 la tonelada de fertilizantes, sólo un milagro podría salvar al sector. Y ya se sabe que en economía, los milagros no existen.