Fui a Pasto pensando que iba a dar una actividad, pero terminé recibiendo mucho más de lo que entregué.
Esto no fue solo un SwimFest. Fue una sacudida emocional en medio del frío, la altura y la sinceridad de una comunidad que me recordó lo esencial: nadar también es sanar.
En este episodio hablo de todo lo que no se ve en las fotos:
el miedo de los que se lanzaron por primera vez,
la confianza que solo se construye en comunidad,
y ese silencio brutal que te deja el agua cuando te habla de frente.
Gracias TriFlow. Gracias Pasto.
Me devolví distinto.
Solo x hoy