El eje de la vida práctica cristiana viene de vivir conscientes de la presencia de Dios en nuestras vidas, a esto la biblia le llama: Temor de Dios. El temor de Dios nos hace generosos, nos guía a santidad, nos hace parte de las promesas y nos mantiene en la prudencia.

Dios comparte su gloria con los corazones que le temen,