Vamos a desglosar el Salmo 91, verso por verso, que tiene que ver no sólo con la necesidad del pueblo de Dios, sino también del mundo. Se cree que el autor fue Moisés, aunque otros consideran que fue David.
Cuando leas las Escrituras, palabra por palabra, ve tomando lo que necesites, y lo demás, inviértelo en el reino; es decir, comparte con otros lo que Dios te va revelando.
Imagina el Salmo 91 a un papá hablándole a su hijo, y en medio del diálogo se van entrelazando. Observa con atención.
1.- El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
Si tú habitas bajo el abrigo del Dios Todopoderoso, del Omnipotente, estás protegido. Este abrigo te resguarda del frío, de tu desnudez. Toma la decisión de esconderte en la presencia de Dios. Este pasaje nos habla del nombre de Dios El-Elyon, El Dios Altísimo. Él tiene supremacía sobre todo. También nos habla del nombre de Dios El-Shadai, El Todo Suficiente. Indica fuerza, poder y omnipotencia.
2.- Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.
Aquí es una persona hablando con Dios. “Señor, Tú eres mi esperanza, mi castillo, mi Dios, en ti confiaré; no confío en las cosas, ni en la política, ni en los hombres, sino en ti. Estoy en pie por ti, Señor. Por tu pura gracia. Estoy en mi castillo de defensa, tú rodeándome, tú protegiéndome. Tú eres mi Dios, en ti puedo confiar”.
3.- Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.
Yo me digo a mí mismo, como en el Salmo 103: “Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga mi ser su Santo nombre”. Es el Espíritu Santo dentro de ti diciéndote que te librará del lazo del cazador. ¿Qué te persigue?¿Tribulación, temor, hambre, angustia, espada…? Dios pone freno a esa peste destructora y a ti no te tocará en el nombre de Jesús. Dios identifica a su pueblo y cuida de los suyos.
4.- Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
Él te cubre, entra en tu defensa, pone sus alas, delimita el territorio, amenaza al enemigo... Poco antes de ir al calvario, Jesús llora. ¡Jerusalén, si supieras quién es el que te habla! Si supieras el día de tu visitación, pero no lo conociste! Leer Lucas 13:34. Esto de las plumas es un tiempo de gracia, de visitación. Leer Isaías 55:6-8 y 2 Timoteo 2:1. El Señor apaga los dardos encendidos contra ti. La verdad es Cristo, es una adarga y te protege de toda idea mala. Hoy declara que reconoces tu necesidad de Cristo.
5.- No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día.
El Señor nos defiende. Leer Juan 14:17-18. Hay una historia en la Biblia de Josafat y de Acab que salieron a la batalla. Acab no iba vestido de rey y una saeta lanzada al azar lo atravesó. A Josafat no le tocaron porque iba vestido de rey y gritó, clamó y lo dejaron ir. Si somos reyes y sacerdotes no nos disfracemos para quedar bien. No te avergüences del Evangelio, porque es poder de Dios. Representa a Dios dignamente, porta tu realeza, eres embajador del Rey. Leer 1 Reyes 22.
6.- Ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.
Dios te ha dado al Espíritu Santo para vencer en el día de la prueba. No permitirá que quedes avergonzado. La pestilencia que quiera infectar tu corazón, tu cuerpo, no va a tocarte. Está aplicada la Sangre de Cristo.
7.- Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.
Van a caer algunos, han caído cristianos, líderes. Si te mantienes bajo el abrigo del Altísimo, vas a cruzar el valle. Puedes decir: “Estoy en la Roca, que es Jesucristo. No se cae mi casa, porque estoy basado en la Palabra de Dios y la guardaré. Yo y mi casa serviremos al Señor y meditaremos en la Escritura y permaneceremos en Él”.
8.- Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.
Ves que otros prosperan y no tienen a Dios. No compitas con el impío, porque en el juicio ellos no tienen esperanza. Hay dos lugares: el cielo y el infierno. En estos lugares no hay salida de emergencia.
9.- Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación.
Como que son dos personas. El papá le habla al hijo: Haz puesto a Jehová por esperanza; le confirma. Hijo, has puesto al Altísimo como tu habitación, has decidido tener un tiempo devocional con el Rey.
10.- No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.
Estás con el equipo ganador, cubierto con la Sangre de Cristo. Daniel tenía su tiempo en la presencia de Dios. Cuando viene el edicto, al lanzarlo con los leones, no le pasó nada porque estaba seguro en la presencia de Dios.
11.- Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.
A nuestro Dios se le conoce como el Dios de los Ejércitos. Él tiene a sus ángeles. Tú, como hijo del Dios de los Ejércitos, formas parte de dicho ejército. Hay una orden celestial de Dios para enviar a sus ángeles que te guarden, como lo hizo con Pedro y Daniel. Leer Hechos 12:6-10 y Daniel 10:10-21.
12.- En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.
Dios ordena a sus ejércitos que pongan sus manos y defiendan a sus hijos para que no tropiecen.
13.- Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.
Dios cede la autoridad en Cristo para hollar serpientes y escorpiones. Leer Lucas 10:19.
Te ha dado autoridad sobre el cachorro del león y del dragón.
El Dios de paz aplastará en breve a satanás. La gracia de Dios está conmigo. Leer Romanos 16:20.
14.- Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
El primer mandamiento nos dice: Amarás a Dios con todo tu corazón. Leer Marcos 12:29-30. Por cuanto has puesto tu amor en Él, Él te librará. Leer 1 Juan 4:18-19. Cuando ese amor viene y te invade, en ese amor Él pelea tu batalla. Acude a su nombre de día, tarde y noche. Leer Filipenses 2:10-11.
15.- Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré.
Dios te responderá cuando lo invoques porque Él respalda su nombre. Jesús reprende las tempestades. Leer Mateo 8:23-27.
16.- Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.
Dios te va a saciar de una vida bendecida. Te mostrará su salvación. Llegará el día en el que crucemos el umbral y lo veremos con estos ojos y no con otros.
Nosotros traemos algo poderoso para bendecir y liberar a este mundo. El mundo nos espera para tumbarnos, pero nosotros estamos en la Roca, que es Jesucristo. Más son los que están con nosotros y mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo.
La bendición que ha llegado a tus manos, extiéndela a otros. ¡Dios nos guarde y bendiga!