Mientras la reina doña Juana se ha recluido en Tordesillas, con un abultado séquito y la única compañía de su hija Catalina de 2 años, continúan las disposiciones del rey Fernando a d. Diego Colón, acerca de la acertada aplicación de la justicia, la
prohibición de tenencia de armas a los indios, y la extracción del oro. La Casa de Contratación en Sevilla informará del oficio de los que pasen a las Indias, que deberán ejercer en la Española, para evitar la codicia y la sed de riquezas. Los
nuevos pobladores deberán asentarse con sus familias por un periodo largo, o casarse con las indias. Se evitará el paso de extranjeros, herejes y judíos para preservar la fe incipiente de los indios. Deberá hacer un censo para conocer el estado de la población y valorar la creación de nuevas poblaciones. España quiere prologarse en estas nuevas tierra y crear algo nuevo: la América hispana.