Granada está entre las provincias andaluzas con mayor índice de sobrepeso infantil de Andalucía. Según los datos de un estudio del Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición publicado en 2024, el 21,4% de la población infantil de Granada (entre los 2 y los 17 años) padece sobrepeso. El sedentarismo, la mala alimentación (comemos muchos ultraprocesados) explican estas cifras. Hay más causas, algunas crónicas. Y parece muy necesario que entre todos divulguemos hábitos saludables para batallar la obesidad. Por eso en Onda Cero Granada queremos contar con una voz experta para saber cómo identificar y combatir la obesidad infantil. Carlos Ruiz Cosano es profesor Titular de la Universidad de Granada del Departamento de Pediatría y tiene una consultoría pediátrica en el centro de Granada, en la calle Martínez Campos.
"La obesidad infantil puede revertirse"
La obesidad infantil en algunos casos tiene una carga genética, pero eso no significa que no pueda revertirse. Lo primero es obtener un buen diagnóstico y no dejarse llevar por los resultados obtenidos en técnicas desfasadas, sino ponerse en manos de un buen profesional: "La obesidad infantil se debe diagnosticar según la composición corporal y el el exceso de grasa y para ello es obligado disponer de técnica adecuadas. La más accesible la Bioimpedanciometría (La Bioimpedanciometría es un examen rápido, seguro e indoloro que permite conocer la composición corporal de una persona, con el objetivo de evaluar principalmente el porcentaje de grasa, masa magra (musculatura) y variaciones de agua corporal, considerando la edad y sexo del individuo)".
"Si la obesidad no se corrige en la etapa pediátrica, después es peor"
No obstante, aunque hay medicamentos que ayudan a combatir la obesidad infantil, la buena alimentación y el ejercicio físico no pueden obviarse. El pediatra Carlos Ruiz Cosano asegura: "La obesidad infantil puede revertirse, la píldora más efectiva de se denomina 'fuerza de voluntad'. Si los padres, cuidadores o abuelos no modifican sus hábitos, el fracaso terapéutico está asegurado".