El mundo entero puede venirse abajo en una sola noche. Un grupo de desconocidos queda atrapado dentro de un centro comercial mientras afuera se desata el infierno; sin embargo, el verdadero horror quizás no esté exclusivamente en el exterior. Con su debut cinematográfico, Dawn of the Dead (2004), Zack Snyder entrega una obra brutal, acelerada y, quizá sin proponérselo, profundamente cercana al espíritu humano. No por quienes se transforman en zombies, sino por la forma en que reaccionan los que aún no han sido infectados. Así, a través de la crueldad o de la compasión, revela lo más profundo del individuo: hay quienes jamás fueron humanos, aunque nunca los haya mordido un zombie.
Pero ¿por qué zombies? ¿Y por qué justamente en un centro comercial? Para entenderlo, hay que detenerse un momento y mirar alrededor: es en el contexto donde las respuestas comienzan a aparecer.