Bandidos

Jaime Solano Moreno tiene más viajes que Iván de Pineda: entre 2011 y 2015 recorrió el mundo gracias a las millas que le robó a la aerolínea Avianca. Además, montó una agencia en la que ofrecía paquetes de viajes.

Paul Frampton, un reconocido físico inglés, candidato a un Premio Nobel, se metió a una página de citas y comenzó a chatear con una persona que se presentó como Denise Milani, una ex Miss Bikini. Luego de casi tres meses, ella le propuso un encuentro en Bolivia. Pero nunca conoció a la modelo. Porque en un aeropuerto le entregaron una valija y terminó en la cárcel de Devoto.

Una noche de 2005, Emilio Onfrey tomó piscolas y champagne y se encontró con una escultura valuada en medio millón de dólares. La Policia chilena apuntó a una banda internacional de ladrones de obras de arte. El fiscal de la causa ordenó cerrar las aduanas de todo el país. Y Emilio, mirando los noticieros que contaban la noticia, decía “Yo no soy un ladrón; yo soy un artista”.

Ochenta adultos mayores conviven en un pabellón de la cárcel de Devoto, bajo un proyecto llamado “Viejo Matías”. Las normas de convivencia fueron escritas en 2001, por los internos que pasaban sus días en el sector. El proyecto tiene un delegado y tres vocales, que determinan cómo se resuelven las discusiones o pequeños conflictos.

Esto no es ficción, esto es La Matanza. Un barra brava de Boca y un productor de televisión negocian la entrega de la computadora personal del director de El Padrino.

Beto y su banda son internacionales: se la pasan robando en grandes eventos de Europa. El fin de semana pasado estuvieron en Madrid. Trabajaron en un festival de Tiesto y en la entrada del Boca-River, en el Bernabéu. Buscan celulares y efectivo.

Beto es de Bogotá. De chiquito soñaba con lograr lo que está viviendo: ya robó en Argentina, Italia, España, Holanda y Francia. Ahora se irá a Bélgica. Pero su meta es llegar a Japón. En su juventud estudió cine. El día de su retiro, quiere grabar una película de su vida.

La pasión futbolera no conoce de reglas. Carlos es hincha de Gimnasia y un día "olvidó" que estaba en una salida transitoria, por lo que no podía salir de su casa, para irse a Mar del Plata a ver el clásico. Al otro día volvió a la cárcel. Hoy estudia abogacía y está en Mendoza soñando con el Lobo campeón.

Juan Carlos Guzmán Betancour habla 7 idiomas, ama la música clásica y las novelas de Isabel Allende. Su arma es su palabra; nunca ejerció la violencia para robar. Nació y creció en Cali, donde llegó a comer de la basura y a dormir en plazas. En pocos años se convertiría en millonario, y en uno de los ladrones más buscados por Interpol. Robó en hoteles 5 estrellas de Estados Unidos, Francia, Irlanda, Inglaterra y Emiratos Árabes. En 2012 se casó con un mexicano al que apodaba "Osito". Fue lo último que se supo de su vida.

Vidas paralelas, las de Tévez y Cabañas, su mejor amigo y pareja en el futbol infantil. Con los años, uno se hizo crack internacional y el otro, un delincuente local. Nahuel Gallotta cuenta la historia del chico que pudo haber sido una estrella, pero terminó con un disparo en la sien.