¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo extraordinario por una persona?.
¿Cuándo fue la última ocasión en que oraste por una persona necesitada?.
O, dicho de otro modo, ¿cuándo fue que retuviste el amor que otra persona necesitaba de ti?.
¿Cómo establece su amor el Padre? Él siempre lo manifiesta. Él no solo ama, sino que prodiga su amor en abundancia, siempre nos rescata y sin reproche.
¿Cuándo diste tu tiempo a alguien que no valía la pena, según tu perspectiva?.
Tú no tienes el mando de juzgar a alguien y en base a ello determinar si le das o no tu amor en abundancia.
No menosprecies todo ese favor de Dios que es de riqueza, de benignidad, paciencia y longanimidad que te guía al crecimiento y magnanimidad del Espíritu.
El egoísta no comparte, se justifica. La grandeza y constancia de ánimo nos lleva a derribar adversidades.
Cuidemos que Él que es abundante en gracia y misericordia more dentro de nosotros para hacer lo que Él hace.
Este tiempo mío es la abundancia y generosidad que puedo dar a otros.
Procura que tu generosidad y misericordia sea transmitida a las generaciones.
Piensa e identifica la calidad de generosidad y amor que estas dando a tu hermano.