Atender al respirar para balancear la atención: mayor presencia, calma y claridad y libre de aferramiento.

Aumentando el tiempo, para entrenar la estabilidad de la atención unipultual.

Usamos contar las respiraciones para mantenernos más atentos en este ejercicio.

Usamos los pensamientos como objeto de atención, los atendemos y dejamos pasar.

En esta meditación, aprendemos a relacionarnos con las emociones, principalmente las aflictivas, de una forma diferente para aprender a liberarlas y poder identificar patrones emocionales.

Reconoce

Atiende

Investiga

No te identificas

Entrenamos un punto de vista más imparcial y empático, que nos conduce a tener mayor ecuanimidad.

Cultivamos una comprensión de la realidad como es: impermanente, interdependiente y reconociendo que la felicidad genuina no proviene del mundo externo.

Cultivamos compasión hacia nosotros, reconociendo que, así como todos, nosotros también anhelamos bienestar y experimentamos condiciones adversas y difíciles.

Entrenamos extender nuestra compasión hacia nuestros seres queridos, a personas más indiferentes o neutras y hasta personas que nos resultan difíciles. 

Entrenamos mantener la atención presente y enfocada en los cinco sentidos, integrando todo lo que ocurre en la mente y así permanecemos en un estado presente, consciente y abierto. Atendemos a todo simultáneamente, sin distraernos y sin dejarnos llevar por los estímulos o distracciones.