La ansiedad, la depresión, los trastornos psíquicos en general, la pérdida de facultades cognitivas, la dependencia de drogas o del alcohol y otros muchos trastornos de comportamiento tienen su origen en el cerebro. En el cerebro existen lugares que, por sus características, se convierten en puerta de entrada para la actuación de sustancias que alteran el comportamiento. Nuestro invitado, Jorge Manzanares Robles, explica esta interacción entre los fármacos y el cerebro con el ejemplo de “la llave y la cerradura”. La llave es la sustancia que tomamos, sea un fármaco, una droga o cualquier sustancia que altera el comportamiento. Para que esa sustancia tenga algún tipo de efecto en el cerebro, debe encontrar una puerta de entrada con una cerradura a su medida para abrirla. Una vez que la llave y la cerradura encajan se inicia toda una cascada de reacciones. Estas cerraduras o receptores cerebrales existen en el cerebro en enormes cantidades y hay que investigar para encontrarlos. Una vez que se encuentra un receptor relacionado con alguna alteración del comportamiento, es necesario buscar las llaves adecuadas (fármacos) que las abran y permitan actuar contra la enfermedad. La búsqueda de nuevos receptores, la investigación de fármacos adecuados para actuar sobre ellos y el estudio de las consecuencias que tiene su uso exige un enorme trabajo de investigación con modelos animales antes de pasar al ámbito humano. Nos habla de todo ello D. Jorge Manzanares Robles, catedrático de Farmacología en la Universidad Miguel Hernández de Elche y director del Grupo de Neuropsicofarmacología traslacional en enfermedades neuropsiquiátricas. Más información en http://cienciaes.com