¿Qué tienen en común para la ciencia el estudio de Ötzi, el llamado hombre de los hielos, las pinturas prehistóricas de las cuevas de Altamira, las delicadas y detalladas miniaturas existentes en los manuscritos miniados de la Edad Media, las esculturas de la Catedral de Burgos, los cristales enormes de la geoda de Pulpí, en Almería, o los meteoritos de origen marciano? La respuesta es una técnica no invasiva conocida como espectroscopía Raman. No es la primera vez que hablamos de ella, hace unos meses, el Catedrático de Cristalografía y Mineralogía de la Universidad de Valladolid, Fernando Rull, nos explicó como esta tecnología ayuda a identificar los minerales que existen en Marte. Sin embargo, como suele suceder en ciencia, antes de desarrollar instrumentos que ayuden a la investigación espacial, las tecnologías utilizadas en ellos han sido desarrolladas para otros cometidos. Este es el caso de la espectroscopía Raman. Fernando Rull y su equipo llevan años utilizándola para estudiar los componentes minerales y los procesos químicos que tienen lugar en el extenso patrimonio geológico y cultural de la Tierra. Han sido pioneros en el desarrollo de instrumentos Raman portátiles, que se han utilizado para intentar determinar, sobre todo, que materiales usaban en la ejecución de obras de arte y la manera en la que se aplicaban. Más información en https://cienciaes.com