Algunos comedidos comentaristas, no dudan en utilizar lo acaecido en Colombia, para afianzar un discursos político y generar simpatía. Más allá de las ideologías y las convicciones personales, se yergue la realidad fría, cruel y desencarnada. En un mundo, lleno de debates inconsecuentes, es necesario orientar la discusión, para generar un análisis, rebasando categorías obsoletas: izquierda y derecha