En el programa de hoy se van a leer los capítulos 49,50 y 51 del libro tercero de "La imitación de Cristo".
Kempis sigue hablando de la vida eterna. Cuando sintamos ganas de estar ya en el cielo, gozando de la vida eterna, demos gracias a Dios porque es un don que Dios nos regala. El recuerdo de este deseo nos ayudará en las tribulaciones.
Cuando toma la palabra el alma del discípulo, como en el capítulo 50 Kempis aprovecha para enseñarnos cómo dirigirnos a Dios en la oración de petición y qué es lo más conveniente pedir.
Por último, nos recuerda que mientras vivamos seremos probados y muchas veces nuestro fervor decae, sentimos sequedad en la oración. Nos aconseja en este caso dedicarnos a hacer buenas obras exteriores, sencillas y humildes, pero sobre todo esperar y confiar en Dios.