Desde su declaración como “significativamente corrupto” por el Gobierno de Estados Unidos, hace 7 meses, Horacio Cartes vive una lenta agonía con efectos devastadores para su imperio económico. El primer golpe político fue el 22 de julio, al que siguió la dura sanción financiera del Departamento del Tesoro el pasado 26 de enero, que lo obliga a desprenderse de sus acciones transfiriendo sus bienes y empresas a sus familiares, ya que está bloqueado para negociar con empresas estadounidenses y acceder al sistema financiero de EEUU. Como el dólar es la moneda del 85% del comercio mundial, él está imposibilitado para realizar transacciones. Tiene lo que le llaman “activos tóxicos” y por ello debe apartarse.