Dios realmente busca los corazones, más que el físico. Busca los sentimientos reales, no los fingidos.

La gracia inmensa e inmerecida. Dios da su gracia a su voluntad, sin necesidad de méritos. Busca al Señor de corazón, para encontrar favor y gracia.

Somos linaje escogido, tenemos una identidad y un propósito dado por Dios. No busquemos ser otra persona, busquemos nuestra razón de ser.

Aún en los momentos más difíciles puedes encontrar solución en Dios.

Debemos ser sabios para discernir cuando una corrección es para nuestro bien y reconocer la voz de Señor en ella. Además debemos ser sabios para corregir a otros.

En matemática de las relaciones, debemos buscar personas que nos multipliquen. Debemos buscar crecer con nuestras relaciones como nos manda Dios.

En el proceso de desapego, debemos estar consciente que Dios está con nosotros cuando sintamos soledad física, emocional o espiritual.

Debemos usar nuestro tiempo sabiamente, para cuando llegue la venida de Cristo o nos toque partir de este mundo hayamos aprovechado el tiempo.

Debemos entender que somos amados por Dios. De esta forma no tenemos que mendigarle amor al mundo y nuestra vida sería más fácil.

Debemos de dejar de buscar culpables en otros como lo hizo Adán. Debemos asumir responsabilidad como lo hizo David, y de esta forma tener un corazón conforme a Dios.