Cuando se piensa en el conflicto armado colombiano se hace necesario detenerse en los cuerpos que recorrieron las corrientes de los ríos de Colombia, como el Cauca, el Magdalena, el Sinú, el Atrato, el Caquetá, el Guamuez, el Táchira, el Catatumbo, entre otros. Personas que debían pasar desapercibidas ante los ojos de quienes los veían pues estaba prohibido recuperarlos. Según el informe “Hasta encontrarlos. El drama de la desaparición forzada en Colombia” los perpetradores se encargaron de borrar todo rastro de los cuerpos de sus víctimas, convirtieron los ríos y mares en cementerios y llenaron el país de fosas clandestinas con personas no identificadas.