Comenzamos con el conjunto Chappotin y su trilogía vocal del año 1952: Miguelito Cuní, Carlos y Cepero, como parte de la banda sonora del sello Panart, primer esfuerzo discográfico nacional fundado en 1944.
El montuno guaguancó: "Nosotros los Amalianos", original de Eloy Oliva y Raúl Cruz, pertenece a su histórico legado sonoro.
Hace 79 años, en un estudio con piso en construcción, apenas insonorizado con paneles de bagazo de caña, forrados con tela de yute, comenzó a forjarse la industria discográfica cubana. Un importante aniversario que no debería continuar siendo pasado por alto. El cantante camagüeyano Orlando Guerra "Cascarita" con la orquesta del trompetista Julio Cueva, encabezaba el catálogo.
Gracias a la pianista, arreglista y repertorista Isolina Carrillo, una juvenil Olga Guillot, integrante por esa época del cuarteto vocal "Siboney" dirigido por la compositora, debutó en Panart como solista.
"At last", es un clásico del norteamericano Harry Warren (versionado al español por el compositor Antonio Mata). Le acompañó la orquesta Cosmopolita, rebautizada como "Swing Makers".
El acompañamiento predilecto de los cancioneros eran los jazz bands. Dinorah Nápoles y Carlos Alas del Casino con la orquesta "Hermanos Castro", y Delia Bravo con la orquesta de Armando Romeu, cierran este primer segmento.
Cuando el ingeniero de sonido Ramón Sabat fundó su etiqueta, todo lo atractivo y apetecible que acontecía en el panorama musical cubano lo registraban poderosos emporios norteamericanos como RCA Victor, Columbia, Brunswick, entre otros.
Muy pronto orquestas típicas establecidas como las de Neno González y la "Ideal" del flautista Joseíto Valdés, en tiempo de danzón de nuevo ritmo, o cantantes de tango como Manolo Fernández, Olga Chorens y Tony Álvarez fueron atracciones Panart.
El veterano conjunto "Sonora Matancera" con sus cantantes de planta: Bienvenido Granda, Caito y Rogelio Martínez, fue de los primeros en pertenecer al staff artístico de Sabat.
De nuevo en este breve recuento destaca Isolina Carrillo. Su bolero "Dos gardenias" alcanzó muchísimo éxito en 1947 como lo parte del repertorio escogido para estrenar una nueva combinación Panart: Daniel Santos y la Sonora Matancera.
Luego de una importante experiencia en la disquera Musicraft neoyorquina, aún latente la segunda guerra mundial, Ramón Sabat ubicó en la calle San Miguel no.410 el equipamiento técnico mínimo e indispensable para comenzar a grabar y prensar sus producciones.
Las voces prima, segunda y tercera de Roberto Faz, Roberto Espi y Agustín Ribot, completaron una las trilogías más exitosas del Conjunto Casino.
El paso de Sabat por una ciudad multicultural como Nueva York tuvo mucho que ver en la afortunada decisión de darle un espacio notable a la categoría afrocubana en su catálogo.
Tata Gutiérrez, veterano cantante y rumbero, en clave abakuá, antecede a Celia Cruz y Merceditas Valdés. Sin lugar a dudas, junto a Caridad Suárez, las voces femeninas más destacadas del género afro por aquellos años.
Con Panart echó a andar una maquinaria de difusión que resultó ser exponencialmente exitosa.
Hacia 1953 un grupo de grabaciones irían perfilando otra categoría necesaria: la del jazz cubano.
Apenas 17 años había recorrido Panart, acumulando un importante catálogo sonoro, cuando el 30 de mayo de 1961, fue intervenida bajo una supuesta "nacionalización".
Su desaparición, junto al resto de disqueras independientes, fue un duro golpe al entramado de difusión y edición de música popular que funcionaba maravillosamente, situando a Cuba como un importante referente de producción musical.
Ramón Sabat murió en los Estados Unidos el 15 de marzo de 1986 completamente olvidado. En Cuba, salvo honrosas excepciones, sistemáticamente se continúa silenciando la fundación de Panart, dándole prioridad a otros aniversarios vinculados a la estatalizada industria del disco.