Estamos en pleno tiempo litúrgico de Cuaresma. Dentro de muy pocas semanas reviviremos la tragedia de la Pasión y Muerte de Jesús, dentro del misterioso Plan de Salvación de Dios para la humanidad portadora del estigma de Adán y necesitada, por ello, de una acción redentora equiparable a la ofensa causante. Siendo horrible e injustísimo el tormento físico infligido a Jesús por la soldadesca del procurador romano Poncio Pilato hasta causarle la muerte, , no fue únicamente este descomunal castigo el que tuvo que soportar Jesús, sino que también se vio agraviado intensa y extensamente, desde el comienzo de su predicación hasta el momento mismo de su muerte en la cruz, por un acoso psicológico y moral de los cabecillas del pueblo judío, de efectos tan dolorosos y tan perversos como el propio tormento físico, y más tratándose de una mente tan pura , tan delicada y tan omnisciente como la de Jesús.