Tu piel también tiene memoria.
Cada caricia, cada ausencia, deja huellas invisibles que moldean tu forma de amar, de confiar, de sentirte seguro.
Antes de hablar, aprendimos a sentir.
En este episodio descubrirás cómo el contacto físico puede transformar el miedo en calma y el dolor en alivio.
Exploraremos la neurociencia del tacto, esa conexión entre piel, cerebro y emoción que explica por qué un abrazo sincero puede sanar más que mil palabras.
Porque el cuerpo recuerda lo que la mente olvida… y en cada toque, sigue viva la historia de quiénes fuimos y de quiénes aún podemos ser.