Su predilección por la música se remonta a su Bahía Blanca natal, cuando cantaba en los actos escolares. A los 13 años grabó su primer disco, apadrinado por el gran León Gieco. Desde entonces su carrera permanece en los umbrales del éxito. Comenzó interpretando temas de César Isella, Tejada Gómez hasta que la escritura se le hizo carne y alcanzó vuelo con sus propias letras y sonidos. Fue Premio Revelación en el Festival de Cosquín en 1998; consagración en el mismo festival, más una veintena de Premios Gardel, entre ellos el de oro. Profundamente admirador de Mercedes Sosa, a quien reconoce como su referente, Abel ama tanto al folklore como a otros géneros musicales y deja que fluyan.

En 1998 creó y hoy dirige el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI), una Institución que preserva, cataloga y difunde las producciones políticas y culturales de las izquierdas latinoamericanas. Además, es profesor universitario, investigador del Conicet y autor de un centenar de artículos sobre su especialidad y lleva editados varios libros como “El marxismo olvidado en la Argentina” y “Diccionario biográfico de la izquierda argentina” entre tantísimos otros títulos. Galardonado con la Beca Guggenheim y distinguido con el Konex a la trayectoria en el rubro Historia, Tarcus es un apasionado en la reconstrucción de la tradición socialista e izquierdista de la Argentina.

En su música confluyen estilos como el flamenco, el jazz, el rock, la música sefardí y magrebí y sus textos tienen una profunda vinculación con poetas de la generación del 27 como Rafael Alberti y Federico García Lorca, con los que este andaluz -que nació en Cádiz, España- se nutrió de pequeño. Ruibal es autor de música para cine, teatro, danza y televisión; recorre el mundo con sus propias obras y compone e interpreta para prestigiosos artistas como Martirio, Ana Belén, Pasión Vega, entre tantos otros. Visitó la Argentina para presentar su último disco y estuvo en Decime quién sos vos.

Su niñez y su juventud transcurrieron entre la música y el fútbol: jugó tres años en los “Cebollitas” de Argentinos Juniors con Maradona. Y sus primeras canciones, cuando Prat integraba grupos de artistas alternativos, datan de la época de la dictadura cívico militar y retratan ese momento. Es un pionero en fusionar los sonidos de la murga con el rock y lo fue en impulsar la ordenanza municipal que declaró Patrimonio Cultural a “Murgas y Agrupaciones de Carnaval”. En sus diversos modos de comunicación, Prat escribe y conduce “El Sanatario”, un microprograma de seis minutos por Radio Del Plata y acaba de presentar su último libro, “Batata Negra”, con prólogo de Alejandro Apo.

“…Si se escribe en una mesa de un café de Palermo imbécil, levantando la mano cada vez que alguien nos saluda como si fuéramos una especie de Papa, con nuestra notebook reluciente y nuestro ego más erecto que el obelisco, estamos listos. Nada de mierdas a la hora de escribir… No se olviden que la casa que construyen no es para que el lector la mire de afuera, es para que la habite… Hay que escribir horas y horas y si al terminar cada página uno siente que se ha quedado vacío, que no hay manera de seguir... a poner otra hoja, a mirarla un rato, en silencio, que vamos por buen camino…” (fragmento de “Lo que es la Arquitectura de la Mentira”, de Pablo Ramos).

Fue uno de los principales redactores de la Ley de Servicios de ComunicaciónAudiovisual, ampliamente debatida, consensuada por múltiples sectores de la sociedad, felicitada por la ONU y por la Relatoría Especial de Libertad de Expresión de la OEA, aprobada por ambas cámaras legislativas el 10 de octubre de 2009. Pero en 2016 la norma que había reemplazado a la pergeñada por la dictadura cívico militar fue descabezada por el gobierno deCambiemos. Loreti, de amplísima trayectoria como docente e investigador, dirige la maestría en Estudios Interdisciplinarios sobre Servicios de Comunicación Audiovisual de la UBA; además coordina el doctorado en Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Lanús.

“Galeano decía que los bebés cuando nacen aletean en busca del abrazo humano. Y los viejos, cuando están cercanos a morir, también aletean en busca de un abrazo. Entre el primer aleteo y el último transcurre el viaje: en eso consiste la vida”. Más allá de la belleza poética de Galeano, le daría el siguiente significado: la vida es un milagro y la muerte un misterio. Lo que yo quisiera, en términos futbolísticos y por razones de edad es jugar tiempo complementario, no quiero llegar a los penales. Los penales son el momento en que la vida pasa a ser una carga. Me gustaría que en mi último aleteo aquellos dijeran: fue amigo de sus amigos y adversario de sus adversarios”.

“Soy alguien que desde chica, desde joven, se dio cuenta que el conocimiento era muy importante en la vida de una. El conocer es poder. Poder en el término amplio: poder hacer, poder gozar de la libertad, poder tener posibilidades. Y conocer en el término amplio, de saberes, saberes populares, científicos, políticos. Y lo que traté de hacer, entonces, fue democratizar ese conocimiento en la docencia…, en la militancia… y en la vida personal siempre trato de conocer y aprender algo nuevo que me sorprenda para compartirlo con mis seres queridos, para tener un buen vivir.”

Se graduó como profesor de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y desde muy joven integra el movimiento cooperativo ligado al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Desde la gestión pública fue diputado Nacional por el Partido Solidario (2011-2015) y actualmente es Secretario General de esa agrupación política. Como director del Centro Cultural de la Cooperación trabaja cada día para mantener intacto el objetivo inicial de forjar un centro cultural con un sentido ideológico y político, tal como planteó su fundador, Floreal Gorini.

Es santafecino, nació en 1957 y vivió su niñez y adolescencia en el barrio Villa María Selva, en Santa Fe capital. Fue a sus 17 años cuando subió a las tablas por primera vez con “Lo que no se hizo en las invasiones inglesas”, una obra parte de una Muestra estudiantil de teatro del Colegio Secundario. Desde entonces, forjó su carrera como actor desde el teatro, la televisión y la radio. Fue el último en unirse al famoso trío cómico Midachi y con él recorrió varios países de Argentina y Latinoamérica. Fueron memorables sus protagónicos en televisión como el de “El sodero de mi vida” por el que recibió varios galardones.