Es uno de los padres de la renovación folklórica, desde los años 70, con arreglos sobre la melodía, armonía, ritmo y matices de la música. Manolo mamó la cultura desde la cuna con influencias de los amigos de su casa como Julio De Caro, Antonio Berni, Cuchi Leguizamón… De sólida formación clásica que le valió frondosas distinciones como la mención de Honor en el Concurso Viotti, en Milán, por su “Tríptico para Piano”, por nombrar sólo alguno, Manolo no sólo interpreta la música popular: la amplía, la enriquece y la enseña, como lo hizo cuando fundó el Conservatorio de Música Popular de Avellaneda. Maestro de maestros.