Creo que son 40 años componiendo. Y nunca, nunca, he logrado saber con certeza el qué pone en marcha el mecanismo que sumerge al cerebro en tamaña actividad creadora. Los cínicos y descreídos dirán que se trata de simple química; los que creen, entre los que me incluyo, que existe algo más que la carne y los gusanos, piensan en la magia del espíritu, la belleza de un atardecer y las cosas que nos alejan de los monos.

Hay quien piensa en el sentido de la vida y que ello es suficiente como para alumbrar una canción. Este es precisamente el caso del tema que podéis escuchar aquí y que acabamos de grabar. Lo compuse pensando en mi padre y en que su paso por el mundo no ha sido un asunto sin un poderoso significado. El jamás tocó un instrumento, ni supo hacer música. Pero sí me puso a mí en el camino correcto de la sensibilidad literaria y, por ende, de la creación artística. El respeto a todo talento y las ganas por emular y aprender de los que saben.

Mi padre, hoy, descansa en un bello rincón de la Llanura que se asoma al profundo surco del ´ Júcar. Un lugar sencillo expuesto a los vientos y a los atardeceres lentos y rojos de la Meseta. Donde los cielos brillan de escarcha en el invierno y se cubren de polvo amarillo en los veranos incendiarios. Siempre en el viento, siempre mirando hacia el río y su fiero discurrir entre peñas y laderas.

PERSONAL

JFC- GUITARRAS ELÉCTRICAS, VOZ Y COROS; PROGRAMACIONES E INGENIERIA

LUÍS PINÓS- GUITARRA ACÚSTICA, COROS

MANOLO CALOMARDE- FLAUTA Y PERCUSIÓN

FCO. GONZÁLEZ (ZAPA)- BAJO

SEBASTIÁN TOLOSA- BATERÍA Y PERCUSIÓN

Lo he referido una infinidad de veces. Componer, ensayar y grabar no es lo más complicado. Si bien al grabar hay que poner cuidado en algunos detalles (posición de los músicos, orientación de los micros, volumen general..., disposición de la sala...), es en la mezcla y posteriores remasters donde uno termina por adoptar soluciones de compromiso ante la variedad de tomas y el color que estas arrojan: la guitarra suena más aquí, la voz se apaga, la batería no se escucha, la batería se come el sonido de la guitarra... Bueno, así ad infinitum. Se requiere, pues, cortar por lo sano, y elegir la toma que más se aproxime a lo que de verdad suena en tu cabeza cuando imaginas la canción. Con una de mis obras cumbre (y perdonad la inmodestia): EL TIEMPO QUE NOS QUEDA, hito emocional y musical dentro de mi ya larga trayectoria creativa, me pasa exactamente esto: con cada escucha encuentro un desequilibrio. De manera que no me queda otra que remasterizar y ofrecer no una versión nueva (porque la canción es la misma: estructura, tonalidad, instrumentos, mensajes) sino un sonido más afinado, más o menos poderoso, más o menos brillante. Aquí va, entonces, una toma remasterizada de EL TIEMPO QUE NOS QUEDA. Espero que la desfrutéis como merece.

CRÓNICAS DEL RÍO DEL JARDÍN (DEMO Parte 1) by JON ESTEPARES

Si el fin de la historia de la construcción de una canción fuese el ensayo, la disposición de los micros y el equipo (es decir, la ingeniería del sonido) y la posterior grabación, sería, más o menos, una tarea poco complicada. La dificultad llega cuando, en la mezcla, hay que equilibrar todas las partes y conseguir que la canción suene tal y como sonaba en la cabeza del músico al concebirla. No es una tarea, la de la mezcla, que a los compositores y ejecutantes les guste hacer, debido más que nada a la tendencia natural a que sea el propio instrumento (el que suena, cuando tocas, pegado a tu pecho o, en el caso de los baterías y teclistas, delante mismo de tus oídos) el que destaque sobre el resto de la mezcla. De manera que lo de conseguir el equilibrio perfecto se puede convertir en un trabajo infinito de alternativas cuyo resultado sea siempre la insatisfacción permanente. La perfección no existe, aunque sea lícito, y muy humano, intentar aproximarse.

Tendría que escribir extensamente sobre ello: los temas que se construyen a partir de una secuencia improvisada (un riff, una progresión de acordes, una melodía), arrebatada al cosmos casi por azar, resultan en canciones llenas a rebosar de poder, de narrativa y de sentimiento. Así ha surgido EL TIEMPO QUE NOS QUEDA: un rato a solas en la buhardilla, una descarga sonora al Marshall 100VS y, a continuación, los costosos procesos mentales para ir armando la canción. Una llamada a los colegas, la distribución de la maquinaria, la posición de los micros... Ensayar y grabar. Y después... la artesanía chinesca de la mezcla. Un tema compuesto exprofeso para los amigos que ya no están: Alonso y Rogelio. Nos vemos en el río, hermanos.

PERSONAL

JFC- GUITARRAS ELÉCTRICAS, VOZ, PRODUCCIÓN Y MEZCLA

LUIS PINÓS- GUITARRA ACÚSTICA

SANTI VENTURA- GUITARRA ELÉCTRICA Y BONGOS

FRANCISCO GARCÍA (ZAPA)- BAJO, BAJO SINTETIZADO

SEBASTIÁN TOLOSA- BATERÍA Y PERCUSIÓN

ALONSO, UN 3 DE MAYO (DEMO) by JON ESTEPARES

De las experiencias, las buenas y las malas, de las alegrías y las traiciones, suele salir el germen que alumbra la mayoría de las canciones. Igual que una buena siembra, incluso una siembra fortuita, da como resultado una buena cosecha, el fermento que las acciones (lo que has hecho o lo que no, lo que has imaginado y lo que has vivido) produce en tu corazón y también en tu cerebro (a mí me cuesta separar el uno del otro, aunque hay gente que lo consigue: pobres) pone los elementos sobre el muestrario de la física del sonido y el compositor elige. Ese es al menos mi método. Sé que también el de muchos.

Este tema surgió de una experiencia. Buena o mala, no importa ya: de las laderas misteriosas de Montegordo ha salido esta canción.

Por el momento es una primera toma del ensayo subsiguiente. Hay buen sonido y hay una buena historia.

PERSONAL:

JFC- guitarras eléctricas y voz

LUIS PINÓS- guitarra acústica

FCO. GARCÍA ZAPA- bajo

SEBASTIÁN TOLOSA- batería

MANOLO CALOMARDE- bongos y percusión

Esta canción se armó a partir de un recuerdo. En realidad, decir esto es una obviedad. Canciones, relatos, pinturas... ¿De dónde salen? Salen de los recovecos mentales (espirituales) del autor. Y este es un caso canónico. A If del Río la he visto saltar por barrancos y orillas escarpadas, también la he visto en las ensenadas libres del Cabriel: un sueño fugaz e inalcanzable al que le dedico esta canción. Porque la he visto muchas veces y es una sombra que me persigue. Pero una sombra bondadosa, que me mantiene en pie y que me inspira. Las canciones son esto mismo: lo que imaginas, lo que sueñas una noche, lo que deseas y lo que vives, aunque sea en mundo propios que en realidad no existen salvo en tu otro yo: ese que dejas suelto a través de un universo que sólo es tuyo y nadie más conoce.

Esta canción ha sido grabada a la manera de un directo en el Auditorio de CI, sin público. Se nota en la calidad del sonido. Sobre todo en lo referido a la sección rítmica.

PERSONAL:

JFC- guitarras eléctricas y voz

LUIS PINÓS- guitarra acústica

Manolo Calomarde: bongos

Fco. G Zapa- bajo

Sebastián Tolosa- batería y percusión

Se trata de una remasterización de un tema poderoso y aparentemente complejo (pero sólo aparentemente, por su extensión, más que otra cosa) que compuse con la intención de culminar una etapa creativa que bebía de fuentes de interacción social y aislamiento colectivo. No digo más. Uno de tantos que forma parte de lo que he venido en llamar: "el ciclo de Castellón".

Esta canción la grabamos en el local de ensayo a la manera de un directo; es decir, sin audio montajes. Se nota en el sonido, en algunos pasajes tosco y generalmente pasado de vueltas. La energía y el poder se deben escuchar con la misma claridad que la armonía y el ritmo.

Poco más hay que contar sobre este tema. Es la 3a versión que subo (y más que versión, se trata de una remezcla) con la que, finalmente, pueda aproximarme al sonido y el espíritu que anidaba en mi cabeza cuando la compuse y la grabamos en directo en el local de ensayo. El espíritu quedó como yo quería, porque lo transmite. Ahora bien... los matices sonoros (volumen, picos, dinámica, claridad, equilibrio...) se amontonan unos sobre otros, se tapan, se emborronan o brillan en relación a cómo se realiza la mezcla y acorde, siempre, de qué manera tenemos ese día la cabeza y los oídos. Artesanía del sonido, se llama. Un trabajo de chinos.

Personal:

JFC- guitarras eléctricas y voz

Luis Pinós- guitarra acústica y voz

Manolo Calomarde- Teclados y flautas

Fco. G Zapa- bajo /bajo sintetizado

Sebastián Tolosa- batería y percusión

Todas las canciones tienen una historia detrás. Puede ser una experiencia vivida (y desastrosa), puede ser un sueño, puede ser producto de la imaginación. Compuse SÍNDROME nada más cerrar un capítulo de mi vida que me llevó por mares tempetuosos y que, sin embargo, me hizo renacer en muchso aspectos, no solamente en los laborales: me transformé en un tipo más sabio y, por ello, más prudente. Los golpes recibidos, las traiciones, la fatiga de tratar con determinadas personas (?) me obligaron a recorrer el sendero de la amargura. Pero dejé atrás más amigos que enemigos, que es, a fin de cuentas, lo que de verdad importa. Cuando compuse SÍNDROME estaba pensando en ello..., en ellos. Un abrazo para todos. (Úlcera de estómago para los/las/les traidores/as/os)

PERSONAL

JFC- guitarras eléctricas y voz

LUIS PINÓS- guitarra acústica

FCO. GARCÍA ZAPA- bajo (fretless bass)

SEBASTIÁN TOLOSA- batería y percusión

MANOLO CALOMARDE- programaciones y bongos