Hoy la comsparanoia nos ha durado poco rato cuando hemos aprendido que cuesta unos 96.000€ que Pegasus se tome la molestia de hackearnos.

No obstante, esto quizás solo sea la punta de un iceberg que tiene pinta que va a chocar irremediablemente contra el barco de nuestra intimidad.

Pero, ¿Hay esperanza? ¿Esta realidad distópica mejorará algún día? ¿Se confunden las reglas del capitalismo con las de la legalidad?

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