El corazón humano es la fuente de control de todo lo que hacemos: todos nuestros pensamientos, deseos, discernimientos, y decisión, nuestros planes y propósitos, nuestros afectos, actitudes y ambiciones, toda la sabiduría y la necedad que marcan nuestras vidas, salen, y son energizadas, servidas, y motivadas por nuestros corazones para mejor o peor.
— Packer