Creo que estar descontentos con el rumbo que está tomando el mundo es, sin duda, un síntoma de salud mental.
Pero también llevo mucho tiempo observando la fascinación con la que algunas personas miran hacia el abismo, viendo y compartiendo información acerca de todas las desgracias que pueden caer sobre la humanidad (guerras mundiales, apagones, volcanes, epidemias, meteoritos...). Un interés morboso que no ayuda en nada y que nunca aporta soluciones.
¿Qué estamos proyectando acerca de nosotros mismos, de nuestra incapacidad para realizar cambios personales en este interés morboso por la catástrofe?