Llegué a Lima para el clima navideño de 2011. Luego de una estadía equivocada en Callao, luego en Barranco que es casi un San Telmo con mar, partimos con algunos amigos hacia el sur de la capital peruana. Primero pasamos por Asia y vimos la suntuosidad más abismal: un pequeño Miami de puro derroche en el que no encajábamos, Hicimos un par de kilómetros más al sur para alojarnos en el pueblo de los obreros de este lugar, Rosario de Asia. En una noche de verano pegajoso todo empezó a temblar y ellos, los rosarinos de asia, mostraron sus mejores recetas de un pueblo habituado a la supervivencia.