Les confieso que no tenía no pajolera idea de quién era el cardenal Prevost, ahora León XIV.No se por donde tirará y no me atrevo a hacer un pronóstico, pero les garantizo que en unos meses lo tendremos clarísimo.Si el nuevo Papa no viene a España y siguiendo el nefasto ejemplo de su predecesor peronista opta por asumir la ‘Leyenda Negra’ y abrazar con sonrisa bobalicona, como si fueran sus novias, a los Maduro, Evo y compinches, ya le pueden ir dando.Si por el contrario y como espero a la vista de la indumentaria con que salió el balcón -muceta roja, estola y roquete- para saludar a la multitud congregada en la Plaza de San Pedro, reconduce al Vaticano a la senda de la sensatez, tendrá todos mis parabienes.