Eso limitaba totalmente el movimiento y la libertad de las mujeres porque no podían pasar todo el día fuera de casa, si trabajaban dependían de la "bondad" del patrón que considerara oportuno construir un baño para ellas.Todavía hoy genera problemas, nunca hay suficientes baños públicos y las mujeres suelen compartir espacio con los cambiadores de bebés, con los baños adaptados para diferentes minusvalías... y todo eso en el primer mundo, en otros países la falta de aseos recorta aún más los derechos de las mujeres.Hablamos con Clara Alarcón, directora del Museo de la Ciudad.